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b. Solicitudes y cartas de intenciones

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La utilización del marco teórico keynesiano y, dentro de éste, de la expresión estabilidad económica por parte del FMI, no solo fue una prueba de la influencia del pensamiento del economista de Cambridge en el citado organismo, sino que fue un medio para la difusión y adopción de las ideas y expresiones keynesianas. Prueba de ello es lo que sucedió con el contenido de las solicitudes de asistencia financiera –letter of intent209– que los Estados requirentes de recursos financieros hicieron llegar al FMI como parte del procedimiento acordado por el citado organismo para obtener asistencia financiera.

Así, al analizar los primeros requerimientos de Acuerdos de Derecho de Giro elaborados por Bélgica210, Finlandia211, México212 y Perú213, de los años 1952, 1953, 1954 y 1955, no se advierte un uso claro de los supuestos keynesianos, ni menos aún, de la expresión en examen. Es más, la locución estabilidad económica no se incluyó en ninguno de los requerimientos.

Esta exclusión, sin embargo, tuvo un gradual cambio a partir de 1956. En febrero de ese año, el Gobierno de Chile, a través de su representante en el FMI, hizo llegar al director del Fondo para Chile, Octavio Paranagua, una carta solicitando recursos económicos para solventar el programa de estabilización que desarrollaba el aludido Gobierno, donde la visión económica exhibida y léxico utilizado eran keynesianos. De ahí que, la descripción – inicial– que las autoridades económicas chilenas hicieron del plan de estabilización empezara con la frase «programa de estabilización económica»214.

El empleo de este lenguaje prontamente fue reproducido por otros Gobiernos en sus solicitudes de asistencia financiera, así como por el propio FMI, al resolver las citadas peticiones. Tal es el caso del Acuerdo de Derecho de Giro suscrito por el FMI y Bolivia a fines de 1956. En dicho documento, no solo el representante ad-hoc del país altiplánico en la reunión de la Junta Ejecutiva del citado organismo definió el plan de estabilización que llevaba a cabo el Gobierno de su país como «un plan de estabilización económica»215, sino que también lo consideró en esos términos el FMI, al decir que «reconoce la determinación del Gobierno boliviano de detener la inflación y lograr la estabilización económica y agradece la oportunidad de ayudar en estos esfuerzos»216.

En 1957 y 1958, el empleo del marco teórico keynesiano y, especialmente, de la locución en examen, no solo se extendió a otros países, sino que, más relevante aún, es recogida en los documentos, informes y propuestas de Acuerdos del Fondo.

Con respecto al proceso de difusión de estas ideas y voces, un claro ejemplo se advierte en las solicitudes que formularon los Gobiernos de Paraguay y Argentina en aquellos años. En el caso de Paraguay, la aludida influencia se observa en la carta que el Presidente del Banco Central del Paraguay dirigió al FMI solicitando recursos económicos donde informó que su Gobierno iba a adoptar un conjunto de medidas fiscales y crediticias a fin de «mantener la estabilidad económica interna»217. Más explícito fue el documento argentino al mencionar la estabilidad económica como límite de la política crediticia218 y parámetro del cambio del sistema cambiario219 que se proponía220.

La estabilidad económica en la Constitución Española

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