Читать книгу La estabilidad económica en la Constitución Española - Mauricio José Reyes Opazo - Страница 41

Hacia 1977, sostuvo Fuentes Quintana, «los economistas españoles habían logrado una convergencia (…) en la interpretación de la crisis mundial que afectaba, con especial intensidad, a (…) [la economía española]»246. De hecho, los autores coincidían en que el aumento de la inflación, el alza de los salarios, el incremento del endeudamiento del Estado, la crisis de la industria y el crecimiento del déficit público, constituían los factores que se encontraban en el origen de la grave situación económica que atravesaba el país. De ahí que, como mencionó el citado autor, resultaba «inevitable una política de ajuste de considerable intensidad»247.

Frente a estas circunstancias, una de las primeras medidas del Gobierno de la Transición fue elaborar un programa de saneamiento y reforma económica, en el que «se prop[uso] una reducción gradual, pero enérgica, de la tasa de inflación (…) [, por medio de] una actuación de signo contractivo en el terreno monetario, una limitación de los gastos de consumo del sector público y una política de equilibrio y moderación de rentas, al tiempo que se pretend[ió] realizar un esfuerzo para aminorar los efectos inmediatos de tal política sobre el empleo mediante un aumento de gastos públicos de inversiones financiados con recursos extraordinarios y no inflacionistas»248. En otras palabras, se buscó «una corrección de los desequilibrios básicos de la economía española dentro de un horizonte temporal que se inicia en el mes de julio del presente año y que alcanza hasta finales de 1979»249.

Los días 8 y 9 de octubre de 1977 el citado programa fue debatido por las diversas fuerzas políticas y sociales con representación parlamentaria en el Palacio de la Moncloa, siendo finalmente aprobado el 24 de octubre de ese año por el Congreso de los Diputados y, el 17 de noviembre, por el Senado250.