Читать книгу La estabilidad económica en la Constitución Española - Mauricio José Reyes Opazo - Страница 42
b. Los Pactos de La Moncloa y la estabilidad económica
ОглавлениеEn los Pactos de la Moncloa, de igual forma que en el Plan de Estabilización de 1959, la estabilidad económica no se encuentra recogida explícitamente en el documento. Es más, ni el Programa de Saneamiento y Reforma Económica, ni el Resumen de este documento, incluyen el citado término para explicar las razones de las medidas y acciones que se recomiendan.
Esta omisión terminológica –en todo caso– no supone dejar de lado la idea de estabilidad económica. Todo lo contrario. Desde el punto de vista terminológico, el Programa, el Resumen y el Pacto emplearon las expresiones «equilibrios fundamentales de la economía» o «desequilibrios fundamentales de la economía» para describir algunas variables económicas – inflación, paro y balanza de pagos– con las que se asocia la –estabilidad económica– cuyo débil desempeño requería, con urgencia, una profunda restructuración. Asimismo, y desde una perspectiva del contenido de estos documentos, también es posible advertir la presencia de la estabilidad económica. De hecho, el Programa, al describir los beneficios de contar con un sector público más eficaz, mencionaba que éste permitiría, «una distribución equitativa de la renta y de la riqueza entre todos los ciudadanos (…) [garantizando] un crecimiento estable de la economía española en los próximos años»251.
Ahora bien, la referencia a la estabilidad económica en los Pactos de la Moncloa, como podría deducirse de la cita anterior, no es en el sentido más amplio de la expresión. Por el contrario, la citada locución se entiende, solo, en una de sus acepciones, esto es, como estabilidad de precios y, más específicamente, como lucha contra la inflación.
Con todo, y desde la perspectiva de los objetivos de la política económica española, la recepción de la estabilidad económica como estabilidad de precios, en los documentos fundantes del acuerdo y en el Pacto, no lograron alterar dichos objetivos. Sino que confirmaron la preeminencia del crecimiento económico y la distribución de la riqueza como objetivos de la política económica española. De hecho, así lo afirmó el Programa cuando señaló que «a partir de 1979 las condiciones básicas de un crecimiento equilibrado de la economía española volverán a encontrarse reunidas al resultar compatible el crecimiento del Producto Interno Bruto con la reducción progresiva del déficit exterior y con el crecimiento de la población activa. Todo ello, en condiciones aceptables de crecimiento de los precios inferiores»252.
En definitiva, los Pactos de la Moncloa, en general y, al igual que la pretendida estabilidad económica en particular, tenían un objetivo de mayor calado, a saber, ser un medio para «disponer de una Constitución democrática que pudiera elaborarse y aprobarse sin que la grave situación crítica de la economía española lo impidiera»253. Esto es, un objetivo de carácter preferentemente político que favoreciese la instauración de un régimen democrático.
En resumen, los Pactos de la Moncloa, a pesar de no incluir referencia –expresa– alguna a la locución estabilidad económica, sí reconocieron la idea de estabilidad económica como uno de los fundamentos de las medidas que se promovían y ejecutaban, aunque, por el sentido en que se extendió la expresión, esto es, como control del nivel de precios, su alcance era, más bien limitado.