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VII. Conclusiones

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Ya se han ido apuntando, al final de los diferentes apartados del presente trabajo, algunos corolarios deducidos de las ideas que van apoyando los diferentes temas que conforman la tesis original sobre la existencia de una serie de hábitos de vida saludables, aceptados y practicados por la antigua sociedad romana y que gracias al papel protagonizado por las mujeres sobrevivieron hasta nuestros días.

También se han relacionado las diferentes instituciones del Derecho Romano que afectaron de manera directa o indirecta este tipo de actividades.

Se debe destacar, dentro de toda la complejidad que siempre existe a la hora de abordar cualquier tema en un espacio temporal tan amplio como el que abarca la existencia de la cultura romana, que la sociedad se basaba en la familia, como institución del Derecho Romano. En dicha institución familiar la figura del paterfamilias tuvo el máximo protagonismo, pudiendo llegar a tomar decisiones sobre la vida y la muerte de sus miembros. Este poder se fue diluyendo a medida que avanzaba la sociedad y sus creencias, y la mujer, esposa o hija, fue adquiriendo capacidades legales que le permitieron ejercer determinados derechos.

Este trabajo trata de poner de manifiesto la pervivencia de conductas centradas en el ámbito doméstico, y la importancia del ejercicio de las mismas en el bienestar personal y social. Estas conductas trascienden y se regulan jurídicamente, tanto desde la época del Derecho Romano hasta el Derecho actual.

PRIMERA.–La mujer, desde los primeros tiempos de la cultura romana, practicó actividades como la natación (que aunque en ese momento no se consideraba deporte) eran ejercicios saludables para la salud del cuerpo y la mente.

Está demostrado (por ejemplo, en los mosaicos de la Villa Romana de Casale) que la mujer practicaba deportes relacionados con el atletismo. También practicaba la gimnasia, el juego de pelota y diferentes ejercicios de calentamiento antes de comenzar las sesiones de natación en las instalaciones anexas a los Baños Públicos.

Por otra parte, también participaba de todas las actividades relacionadas con las instalaciones termales y las saunas, salus per aqua, así como recibía sesiones de gimnasia curativa de manos de especialistas.

Para evitar la coincidencia de hombres y mujeres, que dio lugar a problemas morales y legales, el emperador Adriano dictó un decreto separando los baños por sexos. Debido a la falta de duplicidad de instalaciones termales se establecieron horarios para poder realizar un uso separado por sexos. Esto se demuestra en los Bronces de Vipasca.

En cuanto al cuidado y el aseo personal, señalar que los romanos y las romanas eran bastante limpios. En el caso de la mujer no solo era importante la limpieza corporal sino la idea de belleza y la preocupación por la imagen personal. Se debe señalar la existencia del mundus mulieris, conjunto de objetos relacionados con la belleza compuesto por espejos, frascos de ungüentos, ungüentos, aceites, maquillajes, paletas de maquillaje y elementos de baño tales como la bañera o el barreño. Algunas mujeres de clase alta se ayudaban de ornatrix para que las ayudaran a maquillarse, a peinarse o a depilarse.

La Organización Mundial de la Salud ha publicado las Recomendaciones Mundiales sobre Actividad Física para la Salud, donde establece que la realización de actividad física practicada de forma habitual es fundamental para para mantener y mejorar la salud de las personas.

SEGUNDA.–En el apartado III, se ha tratado la lactancia como medio de alimentación de los bebés de la antigua Roma. Hemos de decir que la sociedad romana, a través de las mujeres, eligió esta forma de sustento para sus recién nacidos porque era la que consideraban más idónea, más que alimentar a sus hijos con cualquier producto sustitutivo como podría ser la leche de vaca u oveja rebajada con agua.

Además, esta práctica se daba en todos los estamentos sociales y estaba bien vista por todas las religiones.

La enfermedad, y otros motivos tales como la alta mortalidad infantil, la planificación familiar, la inexistencia de buenos alimentos alternativos a la leche materna para los bebés, la aversión al trabajo físico (incluido el de amamantar a los hijos), las modas sociales y la maternidad regulada de los esclavos, fueron los motivos para que una persona distinta a la madre biológica ocupara su papel a la hora de amamantar a los hijos. También la muerte de la madre durante el parto y la necesidad de alimentar a los bebés que algunas personas recogían (para su posterior comercialización como esclavos) serían motivos suficientes para que surgieran las nodrizas.

El trabajo de nodriza tenía dos versiones principales, uno como serva (esclava o liberta), dentro del seno de una familia y que generaría lazos afectivos duraderos y otro como mercenaria o profesional liberal, que se regulaba con contratos de servicios donde se establecían cláusulas de duración del citado contrato, lugar de la prestación, exclusividad y honorarios.

En la actualidad la Organización Mundial de la Salud afirma que la lactancia materna reduce la mortalidad infantil y tiene beneficios sanitarios que llegan hasta la edad adulta.

TERCERA.–Los olivos están presentes en todos los territorios de la cuenca mediterránea desde hace milenios. El aceite de oliva, junto con el vino y los cereales forma la tríada esencial que, unida a algunas hortalizas y legumbres, a los pescados y a las frutas junto a la carne de cerdo son la aportación de la cultura greco-romana a la Dieta Mediterránea.

La bondad de este producto es manifiesta en la Roma antigua ya que existían numerosas variedades de aceite y se utilizaba no solo para la alimentación, sino también para la elaboración de ungüentos y medicinas.

Existen importantes relaciones comerciales en torno al aceite. Numerosos operadores trabajaban en todas las escalas del importante aparato comercial. Desde los pequeños establecimientos o puestos en los mercados hasta la organización del comercio mayorista que incluye un complejo sistema de transporte marítimo y terrestre y que tiene sus epicentros en las zonas de producción bien comunicadas con los puertos fluviales y marítimos.

Todo está regulado por el Derecho Romano y está demostrado que las mujeres tenían un papel fundamental en las relaciones comerciales, ya fuera como partícipes en la venta al por menor, o como mercatores, en el mercado al por mayor, formando parte en las societates (principalmente familiares) creadas para tener una mayor representatividad en este mundo donde, debido a la complejidad productiva, se mezclaban las familias de clases sociales altas con otros estratos más modestos.

El aceite de oliva es un integrante esencial de la Dieta Mediterránea, y según algunos estudios científicos publicados por la Organización Mundial de la Salud reduce las enfermedades cardiovasculares y los infartos.

CUARTA.–El vino, hoy día, es un alimento, una bebida que nos ayuda a desinhibirnos pero en tiempos pasados era también un objeto utilizado en ritos y ceremonias religiosas.

En la Roma Antigua la ingesta de vino estaba prohibida para las mujeres. Esta prohibición llegaba incluso a guardarlo, administrarlo o tan siquiera servirlo. Esto estaba reservado al paterfamilias. Para realizar este control sobre la mujer, el esposo y los familiares tenían el ius osculi, es decir, el derecho a besarla con el objeto de conocer si la esposa había bebido vino.

Este férreo control sobre la mujer tuvo como revulsivo la utilización de las bacanales como medio de escape, de relación y de desinhibición utilizando el vino como una sustancia más tóxica que religiosa. Estas prácticas derivaron en reuniones clandestinas descritas por escritores como Livio que narran que las citadas “bacanales eran lugares de iniciación secretos y nocturnos, donde se perpetraban todo tipo de delitos e inmoralidades”.

El Senado de Roma las prohibió y dictó el Senatus Consultum Bacchanalibus, que, a través de una dura represión, trataba de volver al culto a Baco y a encontrar su entorno sagrado.

El vino es un alimento, y tomado con moderación, según estudios científicos publicados por la Organización Mundial de la Salud, contrarresta los efectos perjudiciales de la grasa saturada y tiene un efecto protector cardiovascular.

QUINTA.–Según Mataix lo que conocemos hoy como Dieta Mediterránea es: “una dieta saludable en la que los alimentos que la componen están presentes en el mundo mediterráneo, con un cierto carácter ancestral”.

Hemos adquirido muchos conocimientos de fisiología y nutrición y buscamos una forma saludable de cocinar y de alimentarnos. La historia nos ha enseñado que existe un estilo de vida saludable que ha ido evolucionando durante miles de años y que se cimentó en las culturas clásicas, combinando alimentos tan básicos como el pan, al aceite y el vino, la dieta mediterránea.

La Organización Mundial de la Salud señala que la dieta mediterránea está directamente asociada con una menor tasa de mortalidad, gracias a sus efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, enfermedades cognitivas, la diabetes tipo 2 y cáncer, entre otros.

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