Читать книгу El patriarcado no existe más - Roxana Kreimer - Страница 16
Género y sexo
ОглавлениеLa idea de que la biología no juega ningún papel en la psicología de las personas –el constructivismo social– llevó al feminismo hegemónico a criticar “el carácter binario del sexo” y a que en ámbitos públicos y educativos se usen términos neutros que eliminan las categorías de hombre y mujer.
Suele decirse que el término sexo refiere a lo físico y género remite a lo cultural. Sin embargo, sexo y género son dos conceptos relacionados. El género refiere a experiencias, y está parcialmente influido por la biología. Veamos un ejemplo. En la propensión de los varones por el fútbol y por los deportes que conllevan gran destreza física, es muy posible que haya un componente biológico puesto, que dichas destrezas fueron fundamentales en nuestro pasado evolutivo, en particular para los varones que se dedicaban a cazar. Hay cierta evidencia también de que los varones que hoy adquieren estatus con dichas destrezas resultan más atractivos en términos sexuales (Bering, 2010). Sin embargo, la cultura juega un papel fundamental promoviendo unas tendencias más que otras, ya que algunos deportes resultan más populares en ciertas culturas. Los mecanismos sociales no generan conductas de la nada, pero pueden estimular unas actividades más que otras.
Por otra parte, si bien hay mujeres que juegan al fútbol y equipos de competencia, en todo el mundo son más los varones que las mujeres quienes juegan y miran este deporte (y todos los deportes), incluso con el incremento de la audiencia femenina ¿Diríamos entonces que el fútbol es una cuestión de género o de sexo? La respuesta es: ambos interactúan, del mismo modo en que lo hacen otras disposiciones. Por ejemplo, no suelen resultar atractivas sexualmente las personas que nos criaron. El máximo predictor del abuso sexual infantil y del infanticidio es la presencia de un padrastro en la casa. Son tendencias que se desarrollan en promedio: hay hombres desinteresados por el fútbol, y mujeres que no se pierden un partido, pero a nivel estadístico la interacción entre biología y cultura cuenta.
El sexo está determinado por los cromosomas cuando en la concepción el esperma fertiliza el óvulo. En el útero, cuanto mayor es la exposición a la testosterona, se desarrollarán más rasgos típicamente masculinos, independientemente de que alguien sea hombre o mujer. De modo que el sexo biológico es binario, y la autodeterminación no puede acabar con esto. Hay diferencias individuales en estas categorías, pero forman parte de la variación natural de cualquier rasgo. Tal como señala la neurocientífica Debra Soh en el artículo que aborda este tema, “Science Can’t Accurately Support Gender Neutrality” (“La ciencia no muestra evidencias de la neutralidad de género”): “Las personas que varían su género merecen dignidad y respeto, pero pretender que el sexo biológico no existe, no ayudará a cumplir con los objetivos por los que los defensores de la neutralidad de género luchan”.
Los activistas refieren a casos intersexo para defender su posición. Son personas que, por ejemplo, tienen genitales de un sexo y órganos internos de otro. Pero también están expuestos a niveles de testosterona en el útero y no es adecuado señalar que son resultado de la socialización. Soh destaca que es posible defender los derechos de las personas intersexo sin eliminar las categorías de hombre y mujer. “Si un hombre se maquilla y usa tacos altos, ¿esto significa que es de “género fluido”? No necesariamente. Puede ser un hombre al que le gusta maquillarse y usar tacos altos. Del mismo modo, que alguien se identifique formando parte de un ‘espectro de género’, presupone una base binaria. Sentir que uno es una mezcla de ambos sexos no implica que uno sea ‘neutral de género’ o ‘no binario’. Abolir toda distinción de sexo lleva implícita la afirmación de que el sexo es ‘autolimitante’. Pero en lugar de cuestionar estas ideas, la escuela decidió decirle a las niñas que ignoren que son mujeres”.