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¿Por qué hay especies monógamas?

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Helen Fisher señala cómo en las especies en las que la cría nace vulnerable y precisa de un tiempo largo de cuidados, se genera un sistema de apego entre machos y hembras que dura por lo general el tiempo que requiere la cría hasta ser autónoma. Este apego no necesariamente equivale a exclusividad sexual, pero sería una estrategia adaptativa que favoreció la supervivencia. Entre los seres humanos, llamamos enamoramiento a ese apego que para la mayoría de las personas dura unos tres o cuatro años. Fisher señala que en sus estudios con resonancias magnéticas una ínfima minoría evidenciaba la misma actividad cerebral que los que transitaban el primer período de enamoramiento (Fisher, 1994).

Solo del 3 al 5 % de los mamíferos son monógamos. La monogamia es rara pero existe, por ejemplo, entre perros. Cazan juntos macho y hembra y cuidan a la cría, que no sobreviviría sin que el macho ayude, ya que a la hembra le cuesta conseguir carne y cuando deja a la cría sola, sin el cuidado del macho, los predadores podrían comerla.

La hipótesis de que la monogamia en mamíferos era el resultado del cuidado parental fue cuestionada con un exhaustivo análisis de 2545 especies de mamíferos entre los que la monogamia parecía más bien resultado de que las hembras se tornaban reacias a la presencia de otras hembras cuando estaban en época de apareamiento. Dominaban en ese momento territorios tan extensos que, cuando un macho arribaba, se quedaba con ella más bien por pereza de caminar tanto para conseguir otra. El cuidado parental parecía la consecuencia de esta situación que se repite en gran cantidad de especies (Lukas y Clutton-Brock, 2013; Pandolfi, 2019).

Si sabemos de una especie animal el tamaño del macho en relación a la hembra, podemos predecir si tenderá a la monogamia social (no necesariamente sexual) y al cuidado conjunto de la cría. Esto es así porque en las especies en las que el macho es considerablemente más grande (el gorila, por ejemplo), los machos pelean entre sí para acceder a las hembras, que también prefieren a los alfa (dominantes y grandes), a veces porque obtienen protección para la cría y a veces porque obtienen recursos. ¿Dónde se ubica el ser humano? Para algunos investigadores, en la mitad, entre la monogamia y la poligamia. Hay una alta inversión parental del hombre y de la mujer, pero la de la mujer es mayor. Para la mayoría de los investigadores del tema, somos una especie básicamente monógama (sin que esto implique necesariamente exclusividad sexual) y, para otros, somos básicamente polígamos. Probablemente, esto no implique que estos esquemas son invariables. Somos una especie flexible, aunque ignoramos cuáles son los límites en este sentido. (Para un buen debate sobre este tema, es posible ver en YouTube el video “Debate Shmuley, Opie, Fisher, Haselton VS Shermer, Buss, Sapolsky, Ryan - CDI 2013”. Salvo el primer orador, los demás son investigadores de punta en la materia).

El patriarcado no existe más

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