Читать книгу El genocidio silenciado - Súlim Granovsky - Страница 28

4.4. INFLUENCIA DEL ULTRANACIONALISMO24

Оглавление

El ultranacionalismo está presente en la evolución del Imperio turco-otomano. Primero, porque dio lugar a lo largo del siglo XIX a la independencia de Grecia, Serbia, Rumania y Bulgaria (independiente de facto desde 1878, aunque no de jure) y a la pérdida de Bosnia-Herzegovina (1878), Túnez (1881), Egipto (1882) e importantes territorios en el Cáucaso y en los Balcanes. Segundo, porque la permanente crisis política, militar y financiera del Imperio —el “enfermo de Europa”, como lo llamó el zar Nicolás I— provocó la aparición a partir de 1860 de un nacionalismo turco occidentalista, liberal y reformista, que veía en la creación de un Estado unificado, secular, constitucional y centralista, de un Estado nacional moderno, la única posibilidad de salvación y reconstrucción del Imperio turco.

El intento reformador de Midhat Pashá de 1876-77 —cristalizado en la Constitución de 1876, que proclamó la indivisibilidad del Imperio e introdujo las libertades individuales y el régimen parlamentario— resultó fallido. El sultán Abdul Hamid II restableció el poder absoluto aunque, alertado por los acontecimientos, en un gesto nacionalista impulsó la “turquificación” del Imperio e incluso inició una tímida modernización centrada en la construcción de ferrocarriles.

Pero el descrédito y la debilitación continuaron. La sublevación probúlgara en la Rumelia oriental provocó la guerra serbio-búlgara de noviembre de 1885 y una nueva crisis oriental de la que salió reforzado el nacionalismo búlgaro. La autodefensa armenia de 1895-1896, durísimamente reprimida por los turcos, conmovió a la opinión mundial. A partir de mediados de los años noventa proliferaron acciones antiturcas en Macedonia provocadas por las distintas facciones nacionalistas (probúlgaras, proserbias y progriegas). En consecuencia, Rusia y Austria impusieron a Turquía, en 1903, la creación de una gendarmería mixta musulmán-cristiana para la región, con oficiales extranjeros a su frente. El levantamiento progriego en Creta de mayo de 1896 dio lugar a una guerra greco-turca al año siguiente: el descrédito que provocó hizo resurgir el nacionalismo reformista y constitucional turco.

El Movimiento de los Jóvenes Turcos —en el que militaban, sobre todo, exiliados, estudiantes revolucionarios, masones y jóvenes militares nacionalistas—, heredero del espíritu y las ideas del 76, renació a partir de 1896. En 1907 se constituyó en Salónica el Comité para la Unión y el Progreso (CUP) (en turco Ittihad ve Terakki Cemiyeti), organización clandestina que aglutinaba a los distintos grupos de la oposición al Sultán y que incluía representantes de las minorías no turcas. En julio de 1908, ante los rumores de que Rusia y Gran Bretaña planeaban el reparto de Turquía, oficiales del ejército estacionado en Salónica, vinculados al Comité, se sublevaron y el 24 impusieron a Abdul Hamid la restauración de la Constitución de 1876. Volveremos sobre el papel jugado finalmente por los Jóvenes Turcos en el exterminio armenio.

Los hechos de 1908 (y sus secuelas) evidenciaron el potencial transformador y a la vez desestabilizador del nacionalismo. Como se acaba de ver, el nacionalismo de los jóvenes oficiales turcos provocó un cambio revolucionario en el Imperio turco-otomano. Como respuesta, Bulgaria proclamó de inmediato —el 5 de octubre— la independencia; y Austria-Hungría, la anexión de Bosnia-Herzegovina. Ésta, a su vez, provocó preocupación en Rusia, irritación en Serbia e indignación y tensión en el interior de la propia provincia anexada: los grupos clandestinos más radicales del nacionalismo proserbio, como el Movimiento de los Jóvenes Bosnios o La Mano Negra, recurrieron desde entonces con frecuencia creciente a la violencia y al terrorismo. La revolución turca de 1908 estuvo muy lejos de resolver los problemas de la unidad del Imperio y de su organización territorial. Las diferencias entre las nacionalidades no-turcas y el nacionalismo de los militares turcos se hicieron evidentes desde que se reunió el Parlamento en diciembre de aquel año.

El genocidio silenciado

Подняться наверх