Читать книгу El genocidio silenciado - Súlim Granovsky - Страница 33

4.9. ILUMINISMO ARMENIO EN EL IMPERIO29

Оглавление

Los armenios resplandecían desde Tiflis (actual capital de Georgia e históricamente centro cultural de la intelectualidad y la aristocracia armenias) esparciendo ideas iluministas hacia toda la población armenia. Los conceptos de libertad y revolución fueron introducidos por autores como Hagop Melik Hagopian (Raffí) y Jachadur Apovian, entre otros. El despertar nacional era inminente. A partir de 1885 se formarían los principales partidos políticos armenios en el exterior pero con intensa actividad dentro del Imperio turco-otomano. Los principales exponentes eran el partido Armenagán, la Federación Revolucionaria Armenia, el partido Hnchakian y el partido Ramgavar, que analizaremos con mayor detalle más adelante.

Las resistencias comenzaron a hacerse fuertes en varias ciudades y pueblos como Zeitún y Sasun. Los armenios respondían a los ataques que los kurdos realizaban por mandato del Sultán. Él mismo ya no podía soportar que los armenios tuvieran contactos con el mundo exterior y con el protestantismo a través de los misioneros evangelistas que habitaban toda la Anatolia en busca de nuevos adeptos. De esta manera, a mediados de 1895 ordenó que masacrasen armenios en toda la región de Anatolia, especialmente los vinculados a los partidos políticos y misiones religiosas de cualquier índole. Las reformas esperadas nunca llegaron.

A comienzos de 1896, los armenios arremeten contra los kurdos por primera vez en la batalla de Janasor, y el 14 de agosto en Constantinopla (Estambul) un grupo de armenios toma el Banco Otomano (Bank Ottoman) y amenaza con volarlo si no se llevan a cabo las medidas prometidas. Era un llamado de atención hacia las potencias que financieramente dominaban el Banco. Los hombres no detonaron la bomba pero sí detonaron la furia de Abdul Hamid, quien ordenó nuevas masacres contra las poblaciones aledañas a Estambul. La popularidad de Abdul Hamid en toda Europa y en América se quebró gravemente a causa de las matanzas de armenios y de misioneros religiosos de las distintas potencias. Simultáneamente, el emperador prusiano y los empresarios británicos se disputaban el trazado de líneas férreas en el Imperio turco-otomano. El descontento era grande e insostenible la tensión causada por las pérdidas territoriales en los Balcanes.

Así fue gestándose en Salónica (hoy Thessalonikí, Grecia) un movimiento secreto, supuestamente progresista y racional: el Ittihad o Partido de los Jóvenes Turcos, que ya mencionamos en páginas anteriores. Sus conexiones con miembros de varias organizaciones secretas y diplomáticas de Europa y los Estados Unidos harían desplomar al sultán Hamid. Fue un 24 de abril de 1908 cuando toda la población otomana, incluso los armenios, festejaron el cambio de régimen sin sospechar que la semilla destructiva que había hecho germinar Abdul Hamid II crecería potenciada de la mano de los Jóvenes Turcos.

A principios de 1900, las masas reclamaban garantías y derechos constitucionales. Los obreros y campesinos se negaban a ser explotados. Los pueblos y minorías étnicas que conformaban el Imperio turco-otomano exigían, además, no ser tratados como ciudadanos de segunda con derechos limitados y garantías suspendidas. Solicitaban a las autoridades un cese definitivo de las constantes violaciones a la propiedad privada y de los ataques sobre su población. Cuando los reclamos armenios comenzaron a hacerse oír fuertemente, el sultán Hamid II reaccionó con más masacres sobre los pueblos y aldeas armenias.

En el Imperio comenzaban a crecer nuevas fuerzas, algunas que prometían construir un Estado laico con igualdad de derechos y garantías incluso para las minorías étnicas. En 1905, en Salónica, la comunidad Dönmé (judíos sefardíes convertidos al Islam) había desarrollado grupos secretos que deseaban desembarcar sobre Estambul para apoderarse del Imperio y terminar con la predominante presencia comercial de los armenios. A la vez, se conformaba el Partido Unión y Progreso de los Jóvenes Turcos, liderado por Ismael Enver, ministro de Guerra; Mehmet Talaat, ministro del Interior; y Ahmed Djemal, ministro de Marina y gobernador.

El genocidio silenciado

Подняться наверх