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5.9. DESCONOCER EL PATRIMONIO ARMENIO37

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Se puede delinquir por acción o por omisión. Se puede matar a alguien a través de una acción directa o dejar que una persona desfalleciente no sea socorrida pudiendo hacerlo. Es una omisión grave permitir que valiosísimos monumentos se derrumben por factores climáticos, por ejemplo. Pero es un delito contra bienes históricos de la humanidad no tomar los recaudos para salvarlos, pudiendo hacerlo. Es una responsabilidad que no puede eludir un país como Turquía, que es miembro de la UNESCO.

Hay un catálogo verdaderamente lamentable de monumentos culturales en peligro de ser derruidos o que ya lo han sido de alguna u otra manera:

– La iglesia de Surp Guiragós, en Dikranaguert (actual Dyarbekir, en Anatolia Central), cuyos siete altares están hoy en desuso.

– La catedral de Havav (en la Meseta Armenia Central), de la cual sólo quedan vestigios.

– La iglesia Kumbet Kilisé, en la ruta entre Erzerum y Kars (Meseta Armenia Central), que se encuentra en sepulcral soledad.

– Aprank, situada entre Erzindjan y Erzerum, que cobija al monasterio de San David y aún está en buen estado.

– Las iglesias y monasterios de Surp Garabed, Surp Tateos y Surp Arakelots en la ciudad de Mush (oeste del Lago Van, en el sudeste de Turquía), en estado calamitoso.

En Van, en Aní y en Gars hay iglesias que se salvaron del genocidio cultural. En Aní, muchas iglesias quedaron dentro de la Zona Militar utilizada por los turcos para ejercicios bélicos (llegaron incluso a practicar tiro en las cúpulas de las iglesias).

El negacionismo turco llega al absurdo de efectuar cuantiosas inversiones presupuestarias para ocultar el origen armenio de los edificios. Esa distorsión de la historia se da en Aní y en Ajtamar, donde se encuentran ricos testimonios arquitectónicos armenios, desarrollados a lo largo de siglos, que los turcos atribuyen a otras civilizaciones.

Los nuevos habitantes de los campos y viviendas arrebatados a los armenios expulsados aportaron signos y hábitos propios, que cambiaron las características originales. Las casas de los kurdos que viven en Mush están construidas, en su gran mayoría, con restos de lo que fue Surp Garabed, la segunda casa espiritual de los armenios después de la catedral Madre de San Echmiadzín. Las iglesias de Guesariá (actual Kayserí) no tuvieron un destino mejor: una de ellas fue tapada y en la otra actualmente funciona un gimnasio.

A fines de los 70, la Catedral de los armenios de Hetesia (actual Urfa) fue convertida en una colosal mezquita, y desde 1986 la Catedral de Aintab (actual Gazyantep) es una prisión. Una capilla armenia denominada Kaymankli, al norte de Turquía, entre Erzrum y Trebizonda, hoy es una granja privada con animales de corral.

El genocidio silenciado

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