Читать книгу Antienvejecimiento - Felipe Hernández Ramos - Страница 11

CAPÍTULO 3 EL ORIGEN DEL ENVEJECIMIENTO

Оглавление

No existe teoría capaz de explicar por sí sola todo el fenómeno del envejecimiento.

The New Encyclopædia Britannica

El estudiante contemporáneo del proceso de envejecimiento se encara a más teorías que patas tiene un ciempiés.

Doctor Gardiner Moment

Muchos gerontólogos concordarán en que, para nosotros, éstos son tiempos muy confusos. Ni entendemos cuál es el mecanismo subyacente del envejecimiento, ni podemos medir el ritmo de envejecimiento en términos bioquímicos exactos.

Journal of Gerontology, septiembre de 1986

La parábola del ciego que trata de describir un elefante también ilustra el problema que tienen los investigadores con la vejez.

Doctor C. E. Finch

A lo largo de la historia, los filósofos han procurado dar respuesta al interrogante de por qué muere el ser humano. En el siglo IV a. C., el filósofo griego Aristóteles enseñó que la continuación de nuestra existencia dependía de la capacidad del organismo para equilibrar el calor y el frío. Señaló: «La muerte siempre se debe a cierta falta de calor». Platón, por su parte, afirmaba que el hombre poseía un alma imperecedera que sobrevivía al fallecimiento del cuerpo.

Hoy día, pese a los asombrosos avances de la ciencia, las preguntas de los biólogos respecto al motivo del envejecimiento y la muerte aún no han recibido cumplida respuesta. Como indica el semanario londinense The Guardian Weekly: «Uno de los grandes misterios de la medicina no es por qué muere la persona aquejada de una afección cardiovascular o de cáncer, sino la que no tiene mal alguno. Si las células humanas se dividen y, mediante tal escisión, se renuevan de continuo durante unos setenta años, ¿por qué dejan súbitamente de duplicarse?».

Steven Austad, biólogo de la Universidad de Harvard, ha escrito que «nos encaramos al envejecimiento [...] tan de continuo que me sorprende que más personas no lo consideren un misterio biológico fundamental». Según Austad, el hecho de que todo el mundo envejezca «hace que [el envejecimiento] parezca menos enigmático». De todos modos, si lo pensamos bien, ¿es razonable que la gente envejezca y muera?

En su libro How and why we age, el doctor Leonard Hayflick, conocido por ser el primer investigador en hacer la observación de que las células, al parecer, realizan un número limitado de divisiones antes de morir (límite de Hayflick), reconoce las maravillas de la vida y del crecimiento del ser humano y escribe: «Tras realizar los milagros que nos llevan de la concepción al nacimiento y luego a la madurez sexual y a la vida adulta, la naturaleza optó por no idear lo que pudiera parecer un mecanismo más sencillo que mantuviera la continuidad de esos milagros para siempre. Los biogerontólogos llevan decenios tratando de descifrar este enigma». Posteriormente añade: «Prácticamente todos los procesos biológicos desde la concepción hasta la madurez parecen tener una función, pero el envejecimiento no. No está claro por qué se ha de envejecer. Aunque hemos aprendido mucho sobre la biología del envejecimiento [...], todavía nos encaramos al inevitable resultado de envejecer y morir sin ningún objeto».

Son muchas las teorías propuestas para explicar el proceso del envejecimiento, pero básicamente se pueden dividir en dos grupos: las que afirman que el envejecimiento sería el resultado de una serie de alteraciones que ocurren de forma aleatoria y se acumulan con el tiempo, y las que proponen que el envejecimiento está predeterminado genéticamente. Personalmente, creo que ambas teorías tienen parte de razón. Dentro de cada uno de estos grupos y, después de muchos debates, parece que dos teorías cuentan con el mayor respaldo del colectivo científico. Del primer grupo, la teoría de los radicales libres, y del segundo, la teoría de los telómeros. Por otro lado, en los últimos años está cobrando fuerza la teoría del agotamiento hormonal, que presenta argumentos convincentes, utilizados generalmente por los partidarios de la llamada medicina antiaging.

Antienvejecimiento

Подняться наверх