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CAPÍTULO 4

¿QUÉ ES LA MEDICINA ANTIAGING?

En España 500 personas se están sometiendo a un tratamiento revolucionario: el antiaging, una nueva medicina, incipiente en nuestro país, que pretende retrasar el reloj biológico del ser humano. Tras un minucioso examen químico y molecular –se mide incluso la cantidad de agua que circula por el organismo–, se diseña un tratamiento «a la carta». Sin sustancias experimentales, sin fármacos, sin cirugía. Sólo con aminoácidos, suplementos vitamínicos, minerales, ejercicio y dieta. Según las estadísticas, el 95% de las personas que siguen una terapia antiedad tiene más resistencia a las enfermedades [...].

El Mundo Magazine, n.º 200, domingo 27 de julio de 2003

Vivir muchos años colmados de todo tipo de achaques no le gusta a nadie. Las investigaciones en el campo de la longevidad apuntan que no será extraño cumplir los cien años en un futuro no muy lejano. Los españoles quieren vivir más años, y sobre todo que su madurez vaya acompañada de un buen estado de salud que les permita disfrutar al máximo el retiro laboral. Unas quinientas personas reciben en España en estos momentos los tratamientos antiedad más avanzados en centros de reconocido prestigio para intentar retrasar al máximo su reloj biológico […]. Lejos de la búsqueda de una apariencia juvenil por medio de la cirugía, la medicina antiaging –una vez más se impone el término anglosajón– pretende que el paciente goce de una salud óptima durante más años.

La Razón, 30 de octubre de 2003

stos son sólo dos de los muchos encabezamientos de artículos de prensa que recientemente proliferan en diferentes medios, tanto prensa como televisión, radio, etc. La medicina antiaging tiene su origen en Estados Unidos, al menos como concepto médico de reciente aparición; digo esto porque la terapia utilizada, especialmente en lo referente a la lucha contra el estrés oxidativo, actúa sobre fundamentos que ya conformaban «nuestra» terapia ortomolecular desde hace décadas.

En España existen diversas clínicas que se dedican al antiaging. Su estructura es parecida a la de las pioneras estadounidenses, nacidas en los años noventa. Se trata de equipos multidisciplinares, compuestos por un médico experto en antiaging, un internista, un cardiólogo, un experto en radiodiagnóstico, un psicólogo, un nutricionista, un preparador físico, un fisioterapeuta y personal preparado en el uso de los diversos aparatos. Además, colaboran laboratorios especializados en análisis clínicos dirigidos al fin propuesto.

El doctor Ronald Klatz, presidente de la American Academy of Anti-Aging Medicine ha escrito (1999):

Espero llegar hasta los ciento treinta años, como mínimo. Pensamos que el envejecimiento no es inevitable. Los adelantos técnicos existentes pueden retardar, detener y tal vez hasta invertir considerablemente el proceso de degeneración y las dolencias, lo que suele llamarse envejecimiento natural.

SISTEMAS DE VALORACIÓN DE LA MEDICINA ANTIAGING

Entrevista e historia clínica. Representa el 80% del diagnóstico. Permite obtener datos personales para establecer la naturaleza del problema... Trabajo: condiciones ambientales, tipo, puesto, contrato, viajes, estrés, etc.; ocio: aficiones, tiempo libre, familia, relaciones, etc.; actividad física: tipo y frecuencia; vivienda: tipo, comodidades, hipotecas, etc.; drogodependencias y hábitos tóxicos; antecedentes patológicos personales y familiares.

Exploración física. Adecuada a los problemas de salud (cardiocirculatoria, gastrointestinal, urogenital, neurológica, fondo de ojo, etc.).

Exámenes frecuentes. Su objetivo es identificar problemas de salud no detectados o factores de riesgo.

Pruebas de laboratorio. Niveles de precursores hormonales y hormonas, de vitaminas, micronutrientes y oligoelementos con actividad antioxidante. Perfil lipidico exhaustivo (Apo B, Lp [a]) para la valoración de riesgo cardiovascular. Determinación de hemograma y su fórmula. Marcadores de funcionalidad linfocitaria. Valoración sérica y nutricional del grado de oxidación celular y lipídica y del potencial prooxidante existente. Prueba para detección de metales pesados (test Melisa). Valoración de la lesión oxidativa de ADN mitocondrial y celular mediante analítica de orina de la 8-hydroxi-2-deoxiguanosina. Grado de envejecimiento cutáneo mediante estudio histológico, etc.

Densitometría ósea y/o marcadores del metabolismo óseo. Valoración de la pérdida de masa y densidad de los huesos. Resorción y formación ósea.

Funcionalidad sensorial. Auditiva, táctil y visual.

Electrocardiograma y prueba de esfuerzo.

Ergometría. Prueba de esfuerzo. Permite determinar cuál es el nivel de ejercicio físico apropiado a cada persona.

Pruebas funcionales respiratorias. Espirometría.

Pruebas de detección de salud mental. Cuestionario de Goldberg (pruebas de detección de psicopatología afectiva). Cuestionario Cage y MLT (cribado de alcoholismo). Pruebas de detección de patología cognoscitiva (cuestionarios de Folstein y Lobo).

Evaluación psicométrica. Capacidad de respuesta mental, proceso cognitivo, memoria, coordinación y fijación.

Radiologías. De tórax y óseas.

Ecografía. Abdominal, cardiológica, tiroidea, mamaria, ginecológica, renal y vesicoprostática.

Cuando los antecedentes familiares lo hacen necesario. Marcadores neuronales (Alzheimer), marcadores tumorales (mama, pulmón, colon, páncreas, hígado...), diagnóstico genético de alta sensibilidad de polimorfismos genéticos para enfermedades comunes (obesidad, diabetes, hipertensión) o mutaciones en procesos neurodegenerativos (distrofia miotónica, encefalopatía mitocondrial, ataxia espinocerebelosa...).

Evaluación nutricional. Mediante una encuesta alimentaria y nutricional, se trata de determinar el riesgo de malnutrición o si hay un estado de deficiencia nutricional. Para ello, se identifican las situaciones, los factores implicados y la causa de estos déficit si existen.

– Valorar sed y apetito, pérdida o aumento de peso.

– Actitud ante los alimentos (bulimia, anorexia, dietas...).

– Salud bucodental: problemas de deglución, salivación, masticación, etc., para determinar la absorción de los alimentos.

Evaluación antropométrica y bioimpedancia eléctrica. Para conocer el grado y tipo de obesidad, si la hay, y la composición de grasa, masa magra, agua, metabolismo basal, etc.

Valoración físico-atlética. El objetivo de estas pruebas es orientar a la persona para su entrenamiento físico-deportivo y establecer pautas adecuadas a su constitución y estado de salud.

Valoración psicológica. Se evalúan básicamente el grado de estrés, el bienestar psicológico y la memoria.

AL ALCANCE DE POCOS BOLSILLOS

Debido a la sofisticación de los métodos de evaluación y diagnóstico, así como el trato personalizado y minucioso que se proporciona, no es de extrañar que se trate de un procedimiento que no está al alcance de todos los bolsillos: el coste de un tratamiento antiaging en una de las clínicas más conocidas de Madrid, Barcelona o Sevilla puede rondar los 6.000 euros. «Antes que nada, es preciso realizar todo tipo de pruebas: análisis de sangre y orina, comprobar niveles hormonales, marcadores tumorales, riesgo coronario, densidad ósea, capacidad motriz, vista, oído..., de todo. Es mucho más que un simple chequeo», explica José Márquez Serres, presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL). A partir de los resultados, el especialista diseña un tratamiento individualizado, en el que convergen varios pilares importantes: dieta, ejercicio físico, control de estrés, administración de suplementos (vitaminas, oligoelementos) y, en algunos casos, de hormonas.

Este último aspecto, la administración de hormonas, es el más controvertido de la terapia, aunque hay que decir que algunos especialistas no siempre la consideran necesaria. Algunas de las hormonas «milagro» que se han suministrado en Estados Unidos, y posteriormente en Francia, pero que aquí en España no están autorizadas, son las DHEA (dehidroepiandrosterona), la hormona del crecimiento, la melatonina y la testosterona. Es cierto que no son difíciles de conseguir en el país vecino o a través de Internet, pero si te estás planteando hacerlo, estimado lector, te recomiendo que lo pienses dos veces. No están carentes de efectos secundarios (a excepción de la melatonina) cuando se aportan sin necesidad, por lo que deben ser suministradas bajo riguroso control médico, y probablemente sean los especialistas dedicados a la medicina antiaging los más indicados para hacerlo. Sin embargo, como veremos a lo largo de esta obra, existen otras alternativas sin riesgo para buscar el equilibrio endocrino y, por supuesto, evitar la oxidación celular.

OTROS PARÁMETROS DE VALORACIÓN

Está claro que nada debe sustituir a la anamnesis profesional, es decir la entrevista con el paciente y su historial. Desde hace años realizo un extenso cuestionario sobre nutrición y factores higiénicos y de comportamiento, en el que incluyo la bioimpedancia eléctrica, al igual que la interpretación de otras pruebas convencionales. Sin embargo, como explicaré más adelante, existen otras señales de alerta, generalmente despreciadas en la clínica convencional, y otros métodos de valoración sobre funcionalidad, como la biorresonancia, que pueden mostrarnos signos claros acerca de los órganos y los sistemas que son o serán especialmente susceptibles a la enfermedad.

Como resultado de mis experiencias durante los últimos años y gracias también a otros organismos de investigación con los que trabajo (ver «Contactos de interés», al final del libro), he creado un test denominado Evaluación Biocibernética de la Edad Real (EBER), que permite determinar el terreno biológico del paciente, así como su propensión a padecer ciertas enfermedades, las posibles subcarencias micronutricionales y, como resultado final, su nivel de envejecimiento precoz, si lo hay. Por supuesto, también valoro las analíticas y otras pruebas convencionales, donde la medicina antiaging es, sin duda, pionera en el diagnóstico precoz, pero digamos que existen otras medicinas tradicionales (como la medicina tradicional china o la medicina ayurvédica) y otros caminos de investigación en torno a la bioenergética o al concepto del terreno biológico del paciente, que aportan información de gran valor para llevar a cabo una auténtica medicina preventiva. Si ésta fuera practicada con más asiduidad, haría menos necesaria la medicina intervencionista, más radical.

Antienvejecimiento

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