Читать книгу La casa de la deuda - Amir Sufi - Страница 21
¿DÓNDE CAYÓ EL GASTO?3
ОглавлениеEn el capítulo anterior hemos constatado que la crisis inmobiliaria fue mucho más intensa en algunos estados de la Unión que en otros. Las familias de Florida, por ejemplo, se enfrentaron a una caída media del 16% de su patrimonio neto como consecuencia del hundimiento del sector inmobiliario, mientras que las de Texas solo experimentaron una reducción del 2%. En Central Valley, en el norte de California, el patrimonio neto cayó un 50%. Un examen de los datos a nivel más específico nos permite discernir si la caída del valor del patrimonio inmobiliario fue la causa principal de la reducción del gasto, en comparación con otros factores, tales como la quiebra de Lehman Brothers. Si el descenso del patrimonio neto de las familias endeudadas fue el factor clave de la recesión, entonces deberíamos esperar que el gasto de las familias cayera de manera mucho más abrupta en aquellas regiones que experimentaron las mayores reducciones en el valor del patrimonio inmobiliario neto. Además, estas caídas deberían haber empezado antes de la recesión.
Hemos dividido los condados de Estados Unidos en cinco quintiles en función de la reducción del patrimonio neto entre 2006 y 2009 como consecuencia de la caída de los precios de la vivienda. Cada quintil engloba al 20% de la población total del país. Al quintil con la mayor caída de la riqueza neta lo llamamos «condados con gran reducción del patrimonio neto», y al quintil con la menor caída, «condados con baja reducción del patrimonio neto». Los condados con una gran disminución del patrimonio neto están ubicados en muchos estados, entre ellos California, Florida, Georgia, Maryland, Michigan y Virginia. Los condados con una baja disminución del patrimonio neto también están repartidos por todo el país.
Los condados de la primera categoría perdieron en promedio un 26% del patrimonio neto, mientras que aquellos integrados en la segunda perdieron en promedio casi un 0%. Es necesario recordar que la caída de la riqueza neta provocada por la crisis inmobiliaria puede descomponerse en dos factores: la caída de los precios de la vivienda y el multiplicador del apalancamiento. Por tanto, las regiones del país que tenían una mayor deuda sufrieron una caída porcentual mucho mayor en el patrimonio neto, incluso con el mismo porcentaje de reducción de los precios de la vivienda. Los condados con gran reducción del patrimonio neto no eran solo aquellos donde se hundieron los precios de la vivienda, sino también los que sufrieron una combinación de elevados niveles de deuda y desplome de los precios de la vivienda.
Entre 2006 y 2009, los condados con gran reducción del patrimonio neto disminuyeron su consumo casi un 20%. Es una caída enorme. Para valorarla en su justa medida, hay que tener en cuenta que la disminución media del gasto en Estados Unidos fue de aproximadamente el 5 % durante esos mismos años. El declive del gasto en estos condados fue cuatro veces mayor que la caída agregada. En contraste, los condados con baja reducción del patrimonio neto gastaron prácticamente la misma cantidad en 2006 y en 2009. El gráfico 3.2 muestra el gasto en los condados con gran reducción y con baja reducción del patrimonio neto. (Ambas series están indexadas con respecto a 2006). Ya en 2007 se abrió un elevado diferencial entre el gasto en los condados con gran disminución y con baja disminución del patrimonio neto. Los condados afectados por el shock negativo del patrimonio neto no tardaron en mostrar claros signos de recesión. Pero 2008 fue el año en que el diferencial se ensanchó de manera sustancial. De hecho, en los condados que solo sufrieron una pequeña caída en el valor del patrimonio inmobiliario, el gasto de las familias en realidad aumentó entre 2007 y 2008. Si nos limitáramos a examinar los condados de Estados Unidos que evitaron el hundimiento de la riqueza neta a lo largo de 2008, ni siquiera veríamos demasiadas evidencias de la recesión. En cambio, en 2008 el gasto se hundió en las regiones que tenían una elevada reducción en el patrimonio neto.
Gráfico 3.2. Gasto en los condados con gran y baja reducción del patrimonio neto
Por supuesto, los efectos del desastre económico terminaron sintiéndose incluso en las regiones que evitaron el hundimiento del patrimonio neto. Después de aumentar entre 2006 y 2008, el gasto cayó casi un 10% en 2009 en los condados con la menor caída de la riqueza neta. Pero el declive de estos condados en 2009 no invalida la importancia del shock en el patrimonio neto. Cuando el gasto cayó en los condados que tenían una gran disminución del patrimonio neto, el daño no fue limitado, sino que se expandió por todo el país. (Retomaremos esta idea en el capítulo 5, al analizar el desempleo durante la Gran Recesión).
Las tremendas consecuencias de las caídas de la riqueza neta en el gasto pueden distinguirse con suma claridad si nos concentramos en el colosal caos inmobiliario de Central Valley (California). Como ya se ha mencionado, cuatro condados que habían sufrido abruptas caídas en los precios de la vivienda —Merced, San Joaquín, Solano y Stanislaus— experimentaron un hundimiento en el valor del patrimonio neto de alrededor del 50%. La respuesta del gasto fue espectacular, puesto que en estos condados se redujo un 30% entre 2006 y 2009. Gran parte de esta caída se produjo en los primerísimos momentos de la recesión. Las compras de automóviles durante el verano de 2008 —antes de la quiebra de Lehman Brothers— fueron aproximadamente un 35% inferiores que las del verano de 2006. La crisis bancaria de otoño de 2008 no puede explicar por qué el gasto ya había caído de una manera tan drástica en Central Valley en verano de 2008.
La pauta geográfica es clara. Las regiones del país que sufrieron una reducción del patrimonio neto experimentaron la recesión mucho antes y de forma mucho más intensa que aquellas que no sufrieron tal reducción. Atribuimos este hecho a la caída del patrimonio neto de las familias endeudadas. Pero, por si alguien todavía cree que los otros canales fueron más importantes, los datos del gráfico 3.2 desmienten las hipótesis alternativas. Cualquier razón a la que se le quiera atribuir la culpa de esta severa recesión debe ser consistente con el sólido patrón geográfico de los datos sobre el gasto.