Читать книгу Bar - Caiman Montalbán - Страница 19
ОглавлениеLos vasos alineados quieren ser llenados. Cojo uno y echo tres hielos, tan duros como fugaces. Me decido por una botella de ron moreno, medio llena medio vacía. Eso es bueno, ni tengo que empezar una nueva ni acabar una vieja. Sólo echo dos dedos, la noche será larga, puede que demasiado.
Yo, jugando con mi copa, haciendo sonar los hielos contra el cristal, ahuyentando lo chungo.
Un trago y el vaso, medio lleno, medio vacío. Durará poco. Mantenerse en el centro es jodido, imposible si sólo piensas en cosas condenadas a acabarse, cuando no a empezar.
Me acerco al plato y busco un disco al azar, sale uno de Mano Negra, lo pongo y toda esa vitalidad empieza a ser desperdiciada en el desolado garito. Ni yo escucho, ocupado en rellenar mi vaso, ni mis miembros responden a las briosas notas, tan rígidos por la rutina.
El siguiente corte es mi canción, espero que me llene.
Llega un tipo y pide una cerveza sin decir hola. La pongo. Doy media vuelta y le dejo a solas con sus tragos. Oigo el estruendo de su vaso al caer. Sigo andando, abro el grifo y lleno otro, se lo paso y da las gracias. Dice que lo siente, que esta vacío, lleno de dudas... le digo que vale... me pide la fregona... le digo que lo recojo yo... insiste. Al recoger los cristales se mete un buen corte y le entra un ataque de risa. Me contagia. Empezamos a beber cerveza gratis. Le doy la vuelta al disco y todo empieza a llenarse, las jarras, el bar, los corazones...