Читать книгу GEOdiseño - Carl Steinitz - Страница 7

Prefacio

Оглавление

ESTE LIBRO TRATA DEL PROYECTO EN GENERAL y del geodiseño en particular. El geodiseño, como idea, posibilita una colaboración más efectiva y simbiótica entre las profesiones de las ciencias del territorio y aquellas cuyo fin es proyectar y planificar, en especial cuando tienen como objetivo mejorar las transformaciones medio ambientales y sociales. Esta colaboración es esencial, y espero que el marco metodológico que expongo en este libro contribuya a lograrla. Está claro que proyectar una transformación del territorio no puede ser una actividad individual, al contrario, es un esfuerzo de equipo que incluye diversos participantes del mundo profesional de las ciencias del territorio y del proyecto, conectados mediante la tecnología para posibilitar una comunicación ágil y un feedback, siempre supeditado a una comunicación transparente con la población local. Estas son las pretensiones que hacen necesario y oportuno el geodiseño.

A medida que se incrementa la conciencia sobre los efectos acumulativos del crecimiento de la población (cambio climático, cambios en la biodiversidad, amenazas de alimentación y agua, aparición de mega-ciudades), las presiones para transformar el territorio variarán desde un ámbito local a otro regional, o incluso, continental. Estos retos van a requerir un vocabulario consensuado, una información espacial y temporal más científica, y nuevas formas de gestionar los procesos de transformación del territorio, convirtiéndose en factores esenciales para la toma de decisiones en cuestiones medioambientales. Los imperativos sociales y políticos exigirán que el proyecto alcance todas las escalas, transformando la forma de trabajar al requerir mayor colaboración entre los profesionales de las ciencias del territorio y del proyecto.

“Geodiseño” es un término nuevo que resulta muy útil para describir una actividad que no abarca solamente el territorio de una única profesión, ya sean las enfocadas al proyecto, al estudio de las ciencias del territorio o a las tecnologías de la información1. El “geodiseño” es tanto un sustantivo como un verbo y está fundamentalmente vinculado con el concepto de “proyecto”2.

Proyectar, como verbo, implica un conjunto de preguntas, y proyecto, como sustantivo, es el resultado y el continente de respuestas. Los dos significados deben integrarse en cualquier actividad relacionada con el proyecto pero, como profesor, creo que el verbo tiene más importancia que el sustantivo: aprender cómo pensar es más importante que aprender qué pensar. Esto también puede aplicarse al geodiseño, que no debería considerarse como un sustantivo. El producto final del geodiseño, que en este caso es un sustantivo, debería identificarse por su contexto, tamaño y contenido, como por ejemplo “el proyecto de una nueva ciudad en Malasia” o “el proyecto para la conservación de la biodiversidad en la cuenca hidrográfica del Amazonas”. En mi opinión, que no es compartida por muchos, el geodiseño no es una profesión y los términos “un geodiseñador” o “un geodiseño” deberían evitarse.

El geodiseño tiene un problema en particular: presenta un “mensaje doble”. Por un lado existe la necesidad de un lenguaje, unas convenciones y unos métodos comunes: una profesionalidad que se deriva de la experiencia pasada, de la historia, de la ciencia, de los casos prácticos y de la literatura, todo lo cual amplia el conocimiento del pasado, y exige su comprensión y aplicación con maestría. Por otro lado, se encuentra la experiencia individual, la conciencia de sí mismo, la interpretación y la expresión, todo lo que conlleva la creatividad. Nosotros, los profesores y los profesionales, tenemos que asumir la tensión generada entre los aspectos colectivos de la profesión y la creatividad individual. Si lo aplicamos al geodiseño, aún resulta más desafiante, exigiendo nuevas formas de organizar nuestras ideas y acciones de forma que sean estratégicas y flexibles a la vez.

La escala y el tamaño son muy importantes en geodiseño. En escalas pequeñas, los profesionales encargados del proyecto controlan todos los aspectos, pero también existen otros aspectos de carácter global y regional en los que los profesionales de las ciencias del territorio son, con diferencia, los más capacitados. Sin embargo, solo porque seas bueno proyectando o analizando el territorio no significa que lo puedas aplicar a todas las escalas y tamaños de un área de estudio. A mí me interesa particularmente proyectar paisajes de gran interés ecológico o cultural, especialmente los que están sufriendo profundas transformaciones. Soy consciente de que en estos lugares tan valiosos existen muchos aspectos que desconozco por mí mismo, y por ello siempre busco la colaboración.

La colaboración es imprescindible en todas las escalas del proyecto de geodiseño y el rango es muy amplio. En geodiseño podemos trabajar en un proyecto pequeño, por ejemplo un grupo de edificios en una localización difícil, o en un proyecto de tamaño medio, como una urbanización o el paisaje de una ciudad, o en una extensión muy amplia, como un área metropolitana o una estrategia de conservación regional. En todos ellos me centraré en cómo organizar la planificación del territorio por medio de proyectos.

En este libro describo un marco metodológico para pensar estrategias de geodiseño, y para organizar y, eventualmente, integrar su significado como sustantivo y como verbo. La exposición de este marco metodológico se sustenta en mis escritos y en los casos prácticos realizados, en la mayoría de los cuales he participado. Este marco ofrece un enfoque pedagógico: primero deberíamos colaborar a nivel de estrategia y, solo después, pasar a actuar individual y creativamente a nivel táctico. En primer lugar, debemos entender nuestro mundo como mejor podamos y, una vez entendido, podremos particularizar nuestro trabajo para cualquier proyecto en concreto. Esta es la principal aportación de las ciencias del territorio al geodiseño. Mi posición no es la de un “artista” que entiende el mundo a través de su experiencia personal y su expresión. La perspectiva del “artista” no se puede enseñar ni, incluso a veces, comunicar. Más bien, mi perspectiva es la de un profesor que cree que existen ciertas “vías y medios” que deberían enseñarse y aplicarse.

Pero, ¿que pasa con la “creatividad”? La creatividad es un problema importante para la enseñanza del geodiseño. No creo que se puedan enseñar los misterios esenciales de la creatividad. Podemos ayudar a los estudiantes a que se reten a ellos mismos, y podemos exponerles teorías, historia, precedentes, métodos y modelos de referencia. Dentro de nuestras propias limitaciones podemos dar valor a la innovación. Pero la creatividad no es necesariamente positiva para el geodiseño, no siempre produce cambios positivos. Reconocer este hecho plantea el enigma y la tensión entre, por un lado, los precedentes copiados y adaptados junto con la teoría y los métodos contrastados, y por otro, la teoría especulativa y creativa. Ambos enfoques cumplen funciones en geodiseño y, a su vez, presentan limitaciones. Por un lado no podemos saber de todo, y por el otro, citando al historiador John Lukacs (1924): “Todos los-ismos deberían desaparecer”.

El geodiseño requiere el trabajo de profesionales generalistas y especialistas. Yo vengo de una cultura profesional proyectual donde empecé como estudiante de arquitectura en una Escuela de Arquitectura, luego estudié planificación urbana y regional, y he ejercido como profesor en el Departamento de Arquitectura de Paisaje durante más de cuarenta y cinco años. He organizado y dirigido muchos cursos y talleres multidisciplinares, he trabajado en investigación y en práctica profesional con la colaboración de muchos científicos del territorio, incluyendo geógrafos, ecologistas, hidrólogos, ingenieros de caminos, economistas, sociólogos, y muchos otros, así como con colegas de las profesiones proyectuales: arquitectos, urbanistas, ingenieros civiles y arquitectos del paisaje. Cuando hablamos de un estudio de geodiseño, los que colaboramos, desde todas las disciplinas, debemos compartir tres tipos de preguntas: ¿POR QUÉ? ¿CÓMO?, ¿QUÉ? ¿DÓNDE? y ¿CUÁNDO? Estas preguntas conforman el marco metodológico para el geodiseño, el que se propone en este libro.

Si tenemos que trabajar en aquello que más necesita la sociedad, tanto el conocimiento especialista y generalista como las habilidades de colaboración, son esenciales. Primero, cada participante debe conocer y poder aportar algo que los demás desconozcan. Su conocimiento individual puede estar arraigado en el contexto geográfico del área de estudio: su clima, geología, hidrología, ecología, vegetación, historia, y así sucesivamente. O el conocimiento individual puede centrarse en los métodos de análisis y síntesis del proyecto. Todo lo que hagamos en un estudio de geodiseño requiere la colaboración entre los profesionales de las ciencias del territorio y los proyectistas, pero nadie debe perder su identidad profesional. La colaboración se ampliará a lo largo de las diferentes fases de un proyecto o estudio, incluso en el diseño de los procesos metodológicos. Como he comentado muchas veces, “la gente que trabaja en geodiseño necesita conocer un poco de todo y mucho de los detalles”.

El libro es abstracto y concreto a la vez, también es didáctico; su objetivo es enseñar. Es muy personal, ya que es polémico y discutible. Generalmente me fijo en el futuro para abordar la complejidad social y medioambiental, con aproximaciones al geodiseño no intrínsecas. Me atrae la idea de que “inventar” no sea un objetivo primordial para los proyectistas, lo que para mi es un objetivo fundamental es el beneficio social. No abordo este libro de geodiseño como erudito, simplemente aporto mi experiencia. Estoy interesado en conseguir beneficios prácticos por medio del geodiseño.

En este libro resaltaré en qué punto se encuentra actualmente el geodiseño y dónde se deberían centrar los esfuerzos académicos y de investigación en el futuro. Escribo desde la experiencia, habiendo cometido todos los errores posibles en algún momento, pero también habiendo logrado algún éxito, gracias a la colaboración de muchos colegas. Escribo desde la perspectiva del proyectista, y también como alguien que ha participado y organizado muchos talleres interdisciplinares de geodiseño durante muchas décadas. También escribo como un profesor con una gran experiencia docente, con un elevado número de estudiantes en activo como profesores y profesionales de geodiseño, tanto en el ámbito público como en el privado, alcanzando a múltiples y diferentes disciplinas.

No se trata de un libro de texto de “cómo hacer”, tampoco es un manual técnico, y no se centra en las tecnologías aplicables al geodiseño, cada vez más importantes y en continuo desarrollo. Existen muchas fuentes de información de geodiseño: se puede descubrir una gran cantidad de literatura, websites, cursos académicos, y marcas comerciales de tecnología de la información relacionados con el geodiseño. Soy consciente de que existen contribuciones muy importantes de numerosos autores al estudio de geodiseño, pero he decidido no inundar el libro de referencias y citas. El libro no se entiende como una recopilación de estudios, aunque hay una gran diversidad de casos prácticos muy similares a los que yo describo. Más bien, este libro se debería percibir como una discusión de casos prácticos con ejemplos que intentan ilustrar los temas y las decisiones implicadas en la organización y gestión de grandes y complejos proyectos de geodiseño. La mayoría de veces, estos proyectos exigen juicios de valor —a menudo basados en suposiciones—, presentan importantes preguntas sin resolver y generan la necesidad de abordar ciertos temas de investigación, también planteados en la presente publicación.

El modo y el medio en que desarrollamos nuestras actividades de geodiseño cambian rápidamente. De hecho, todos los aspectos en los que se basan y nutren las actividades de geodiseño cambian a un ritmo acelerado: los temas sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos y que son la razón de nuestro trabajo, la escala y el contenido de los proyectos, la toma de decisiones y los modelos de evaluación que guían nuestra elección, los modelos de proceso con los que comprendemos y evaluamos las condiciones existentes y el impacto de futuros cambios, la forma en que proyectamos y las tecnologías que utilizamos. Crear una guía que permita movernos a través de las diferentes opciones que aporta el geodiseño es el objetivo principal del marco metodológico y de la experiencia colectiva que recoge este libro.

C.S.

Notas

1. El origen del término “geodiseño” es incierto y es probable que provenga de diferentes fuentes, dos de las cuales cito a continuación:

De H-G. Schwarz-v.Raumer y A. Stokman, “Geodesign - Approximations of a Catchphrase,” en Teaching Landscape Architecture, eds. E. Buhmann, S. Ervin, D. Tomlin, y M. Pietsch. (Proceedings, Digital Landscape Architecture, Anhalt University of Applied Sciences. Dessau, Germany, May 2011), 106-15: “No más tarde de 1993 Kunzmann [“Geodesign: Chance oder Gefahr?” en Planungskartographie und Geodesign. Hrsg.: Bundesforschungsanstalt fur Landeskunde und Raumordnung, Informationen zur Raumentwicklung, Heft 7.1993, 389-96.] utiliza el termino “geodiseño” para debatir sobre las oportunidades y amenazas de unos bocetos ilustrativos cuya finalidad era comunicar ideas de estructuras espaciales como el “European Banana”, un patrón europeo de urbanización con implicaciones para la productividad económica y el bienestar social.

De Bill Miller (Director de GeoDesign Services, Esri), comunicación personal del 12 de agosto de 2010: “Jack [Dangermond] inventó el término “geodiseño” hace aproximadamente cuatro años, justo después de terminar nuestra primera edición de ArcSketch. Yo estaba presentando ArcSketch a Jack [y] mostrando las herramientas de dibujo y… dijo: ‘Mira, ahora puedes proyectar en el espacio geográfico’ y Jack dijo, ‘¡geodiseño!’… y así fue”.

2. C. Steinitz, “Design Is a Verb; Design Is a Noun”, Landscape Journal 4, nº 2 (1995): 188-200.

3. J. Lukacs, “The Stirrings of History: A New World Arises from the Ruins of Empire”, Harper’s (Agosto 1990): 41-48.

GEOdiseño

Подняться наверх