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209. Omar, Nelly

Cantante y autora nacida en la ciudad de Guaminí, en el suroeste de la provincia de Buenos Aires el 10 de septiembre de 1911. Su nombre real es Nilda Elvira Vattuone.

En Guaminí, su padre era capataz de una estancia, y de quien heredó el gusto por el canto, dado que él era guitarrero aficionado.

Nelly tuvo muchos hermanos, pero sólo dos mujeres siguieron sus pasos: Elena, apodada Gory, quien luego se casó con el poeta Julián Centeya, y Nélida.

En 1924, se trasladó a Buenos Aires, a fin de realizar una prueba para integrar el elenco del conjunto de música nativo Cenizas del Fogón, al que fue incorporada en forma inmediata.

El conjunto actuó en radio Rivadavia, y además de cantar, la futura Nelly Omar tuvo la oportunidad de concretar breves participaciones como actriz. En los años 1932 y 1933, en la misma emisora y en las radios Mayo y Splendid, las que ocupaban el mismo edificio, se presentó junto a su hermana Nélida para cantar a dúo.

El repertorio de las hermanas Vattuone estaba integrado por temas camperos y géneros musicales típicos de la provincia de Buenos Aires como milongas, estilos y canciones, además de tangos, que en este caso estaban a cargo sólo de Nelly.

Curiosamente, las hermanas decidieron a partir de entonces intercambiar sus nombres artísticos, y así Nilda pasó a ser Nelly y Nélida tomó el nombre de su hermana Nilda.

Poco tiempo después la ahora Nelly se incorporó al elenco del conjunto Cuadros Argentinos, de características parecidas a los que había integrado con anterioridad.

Con este grupo, participó en un radioteatro que se irradiaba por radio Stentor, presentándose también el mismo en diversos escenarios de barrios y ciudades del interior, bajo la dirección de los hermanos Julio y Alfredo Navarrine y de Antonio Molina, con quien se casó en 1935, matrimonio que duró sólo ocho años hasta su separación en 1943.

En 1937, un gran plebiscito radiotelefónico realizado por la histórica revista Caras y Caretas, ya muy próxima a desaparecer, reconoció a Nelly como la cancionista más popular de la época.

En 1938, en una actuación en un cine de la localidad de Valentín Alsina, el locutor la llamó «La Gardel con polleras», apodo con la que por mucho tiempo se la ha identificado.

Por entonces, Nelly se presentaba asiduamente en las principales emisoras radiales, compartiendo el micrófono con Libertad Lamarque y Agustín Magaldi, quien pronto habría de fallecer.

Los libretos de los programas pertenecían a Enrique Cadícamo y a Homero Manzi. Inició entonces con este último una relación amorosa que se mantendría hasta la enfermedad y muerte del poeta.

Se ha interpretado al respecto que algunas poesías de Homero fueron precisamente inspiradas en ella, citándose en tal sentido a los versos de los tangos Ninguna y Solamente ella.

Lo que debe descartarse es que Malena también tenga esa musa inspiradora, dado que en este caso la destinataria del poema fue la esposa del tenor venezolano Genaro Torterola, una artista argentina que bajo el seudónimo de Malena se desempeñaba como cantante de temas internacionales.

En 1940, debutó en el cine participando en el elenco del film Canto de amor, dirigida por Julio Irigoyen, donde también actúo Carlos Viván, el cantor y compositor de temas de gran perdurabilidad.

Su segunda actuación cinematográfica fue en la película Melodías de América, estrenada en enero de 1942 y dirigida por Eduardo Morera. En este film, Nelly cantó El aguacero, el hermoso tango perteneciente a Cátulo Castillo y José González Castillo.

Ninguna de esas dos películas alcanzó demasiada difusión, pero en cambio continuaron siendo muy exitosas sus presentaciones radiales, en las que ratificaba permanentemente su innegable calidad.

Su llegada al disco se produjo en 1946, cuando ingresó a los estudios del sello Odeon, por mediación de Francisco Canaro.

Dejó en ese año registrados diez temas: el 28 de enero, Adiós pampa mía y Canción desesperada; el 8 de octubre, El Morocho y el Oriental (Gardel–Razzano) y Rosas de otoño; el 26 de marzo del año siguiente, Sentimiento gaucho y Sus ojos se cerraron; el 28 de mayo, Déjame, no quiero verte nunca más y La canción de Buenos Aires; y finalmente, el 22 de octubre, dos de sus éxitos más perdurables: Nobleza de arrabal, de Francisco Canaro y Juan Andrés Caruso, y Desde el alma, el vals que Rosita Melo había escrito en su adolescencia, cantando ahora la letra que Homero Manzi había escrito para que sea interpretada por Libertad Lamarque.

En ese mismo año, la Sociedad de Autores y Compositores le rindió lo que fue su primer homenaje, escenificado en el local nocturno Novelty. En esa ocasión, le fue entregada una medalla y se la rebautizó «La voz dramática del tango».

En 1947, inició un ciclo de actuaciones en radio Splendid que obtuvo importante repercusión y, en 1949, grabó, acompañada por la orquesta dirigida por Domingo Maraffiotti, la milonga La descamisada y la marcha Es el pueblo.

A partir de esta identificación con el gobierno de Perón, durante los seis años siguientes en el que éste se mantuvo en el poder, Nelly actuó en las grandes fiestas populares del régimen, lo que le valió, luego de producido el golpe de Estado que derrocó al presidente Perón en 1955, un largo período de silenciamiento de su labor artística en el país. Ante estas circunstancias, para continuar su carrera, se vio obligada a realizar su actividad en el exterior, primero en Uruguay y luego en Venezuela.

Recién en 1966, se presentó fugazmente en televisión y sólo a fines de esa década volvió a los estudios de grabación acompañada por los conjuntos de los guitarristas Roberto Grela y José Canet.

A principios de los años ochenta, volvió a ingresar a los estudios de grabación, ahora acompañada por la orquesta de Alberto Di Paulo. En diciembre de 1997, con 86 años de edad y una voz todavía diáfana e increíblemente joven, grabó un disco compacto incluyendo entre otros temas, dos con letras de quien fuera su último compañero en la vida, el autor Héctor Oviedo: La piel de vivir y Por la luz que me alumbra, con música de F. Agüero y de Osvaldo Tarantino, respectivamente. En esta oportunidad, la acompañaron las guitarras de Bartolomé Palermo y Paco Peñalba; además de los mencionados, también formaron parte de este álbum algunos viejos temas a los que habitualmente se los conocía en versiones instrumentales, como es el caso de Comme il faut.

Con anterioridad, con la misma tesitura de entonar viejas melodías a las que muy poco se las había cantado, había registrado con el conjunto de guitarras de José Canet los tangos La guitarrita y Derecho viejo.

Los tres célebres clásicos de Eduardo Arolas contaban desde hacía muchos años atrás con letras del bandoneonista y director Gabriel Clausi, las que estas grabaciones de Nelly prácticamente dieron a conocer.

El africano, antiguo tango de Eduardo Pereyra, es otra de sus interpretaciones sobre una melodía que nunca había sido cantada.

Como autora, fue extensa su producción, casi toda ella asociada al guitarrista José Canet como compositor de la música.

A título de ejemplo, pueden citarse Intriga y pasión, Misterio y canción, Catedral al sur, Amar y callar, Cuando entramos a pensar y Casualidad y amor, todos ellos grabados por Nelly con el acompañamiento del conjunto de guitarras dirigido por el propio Canet.

Aún, con 98 años de edad, solía presentarse en audiciones televisivas, en las que con absoluta dignidad brindaba acabadas muestras de su talento inmutable de setenta años atrás.

En noviembre de 2011, celebró sus 100 años con un concierto en el Luna Park, que contó con la participación del bailarín Juan Carlos Copes y un grupo dirigido por Érica Di Salvo. En la oportunidad interpretó temas como Sur, Amar y callar, Desde el alma y La descamisada, entre otros. A partir de entonces Nelly Omar se convirtió en la única persona de su edad en el mundo en llevar a cabo un recital de más de una hora de duración.

Falleció el 20 de diciembre de 2013, a los 102 años.

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