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220. Petrucelli, Luis

Bandoneonista, director y compositor nacido el 18 de enero de 1903. Aprendió piano, teoría y solfeo en un conservatorio de su barrio. Sin embargo, pronto manifestó su vocación por el bandoneón, instrumento que comenzó a estudiar en la academia especializada en su enseñanza perteneciente al Alemán Arturo Berstein.

Éste sugirió el nombre de su aventajado alumno a su amigo Samuel Castriota, quien debía cubrir el alejamiento de Ricardo Brignolo de su orquesta.

Incorporado así al conjunto que dirigía el compositor de Mi noche triste, actuó en el café tvo, ubicado en calle Montes de Oca, y en el salón Patria e Lavoro, de la calle Chile, además de animar los bailes de carnaval de 1919 en Rosario.

De allí, pasó a integrar el trío que dirigía el violinista Juan Pedro Castillo, integrándolo junto con el pianista Domingo Fortunato, en el café El Capuchino, de calle la Rivera. Estuvo luego en la orquesta de Carlos Vicente Gerona Flores, reemplazando a Carlos Marcucci, formando dúo de bandoneones con Juan Bautista Guido, el Lecherito.

Siempre en 1919, integró también el conjunto de Agesilao Ferrazzano, que tocaba en el Palais de Glace y en el del pianista Vicente Gorrese, quien fuera contratado para tocar en el café España, ubicado en calle Tucumán. En 1920, se incorporó a la agrupación del pianista José el Gallego Martínez, en la que conoció a Pedro Mafia, con quien tuvo una gran afinidad temperamental y estilística, creando una escuela que seguirían sucesivas generaciones de grandes intérpretes del bandoneón.

Luego, formó un trío con el propio Martínez y Buglione, con el que actuó en la ciudad de Córdoba, y, de regreso a Buenos Aires, sumó al grupo dos integrantes más: Enrique Pollet y el violinista Fernando Franco.

Siempre en 1920, actuó también en otro conjunto con Carlos Marcucci, Roberto Emilio Goyeneche, Emilio Ferrer y José Boutireira, con el que actuando en el café Marconi de Olavaria, estrenó su tango A mi madre.

Luego de actuar nuevamente con Carlos Vicente Geroni Flores en el Casino Pigall, se produjo su debut como director en este mismo local, integrando el conjunto su entrañable amigo Pedro Mafia, el pianista José María Rizzutti, los violinistas Bernardo Germino y José De Grandis, y el contrabajista Hugo Baralis.

En esta oportunidad, Mafia estrenó su tango Pura mañas; Rizzutti hizo lo propio con Cenizas, mientras que Petrucelli, con Rico, tema en homenaje a un potrillo crack de la época.

Disuelta su agrupación, Petrucelli formó un trío con Juan Carlos Cobián y Tito Rocatagliatta, recién desvinculados de Fresedo, actuando en veladas del Tigre Hotel, del club San Isidro y del Plaza Hotel, como asimismo en Rosario en los carnavales de 1923.

Posteriormente, se incorporó al trío que formó Cobián, junto con Mafia nuevamente en pareja de bandoneones, el que tuvo breve duración dado que Cobián lo disolvió a fin de viajar a Estados Unidos.

Maffia y Petrucelli se unieron nuevamente para actuar junto con el pianista Eduardo Chon Pereyra y los violinistas Emilio Ferrer y Fernando Franco en las noches del café Los Andes, mientras que por las tardes Petrucelli actuaba en la galería Güemes en un conjunto de música tzigana que dirigía el maestro Aimovich.

De inmediato, al producirse la formación de la primera orquesta de los hermanos Julio y Francisco De Caro, antecedente de la célebre orquesta que pasó a dirigir el primero, Maffia y Petrucelli fueron requeridos para incorporarse a la misma, siendo Petrucelli el primero en desertar de la misma en 1925, disconforme con la adopción de Julio De Caro en carácter de director del conjunto.

Al momento de su desvinculación del sexteto, en el que fue reemplazado por Pedro Laurenz, Petrucelli había participado en una única grabación, la del tango Todo corazón, perteneciente al director del conjunto.

Actuó entonces nuevamente en la orquesta de José Martínez en el Casino Pigall y luego viajó a Mar del Plata para actuar en la temporada veraniega de 1925–1926 integrando la agrupación del flautista Juan Carlos Bazán, en la que también estaba como bandoneonista Ciriaco Ortiz.

Un poco antes, en noviembre de 1925 se incorporó a la flamante Orquesta Típica Victor, de la que Petrucelli fue designado por el maestro Adolfo Caravelli como encargado —la formación aún no tenía director— asignándosele también la tarea de elegir el repertorio que la misma iba a grabar.

Paralelamente a estas tareas, en 1926 volvió a formar su propia orquesta, para actuar en el cabaret Folies Bergeire de la calle Cerrito, en cuyas filas estaban José Tinelli, como pianista; Salvador Grupillo, como segundo bandoneón; Marcos Larrosa y Nicolás Di Masi, en violines, y Hugo Baralis, en contrabajo.

Sin embargo, al poco tiempo se alejó de esta formación en razón de viajar a Estados Unidos como integrante de la orquesta de Francisco Canaro.

A su regreso, retomó la dirección del conjunto que había formado antes de su viaje, aunque ahora se habían modificado casi todos sus integrantes, salvo el violinista Di Masi. Estaban, ahora, Vicente Romeo (Melena) como segundo bandoneón, quien fuera condiscípulo suyo años atrás en la academia de Berstein; Armando Lacueva, como pianista; Bernardo Germino y el mencionado Di Masi, en violines, y Antonio Pisani, en contrabajo. Con esta agrupación actuó en el cine American Place, ubicado entre las avenidas Córdoba y Callao.

El 2 de julio de 1928, al frente de su propia orquesta debutó en el disco, grabando para la compañía discográfica Victor, con la formación que ahora integraban el director y Enrique Pollet, en bandoneones; Vicente Gorrese, en piano; Elvino Vardaro, Manlio Francia y Bernardo Germino, en violines, y Hugo Baralis, en contrabajo, contando con Roberto Díaz, como estribillista.

En este sello, Petrucelli grababa por entonces asiduamente como director de su mencionada orquesta, de la que han quedado excelentes registros de instrumentales como por ejemplo El cencerro, de José Martínez, y Ranún y Negro el 20, del propio Petrucelli, además de temas cantados por el estribillista Roberto Díaz, entre los que se recuerdan Cómo se pianta la vida y Adiós mi barrio, o también, en lo que constituye una curiosidad, el tango del mismo Petrucelli con letra de Carlos Alsina Me la diste chanta, en el que intervienen a dúo las voces del mencionado Díaz y la del violinista de la orquesta, el recordado Manlio Francia.

Por otra parte, también con mucha frecuencia grababa para la misma compañía como integrante de las orquestas de Juan Carlos Cobián y Adolfo Carabelli y de la inolvidable Orquesta Típica Victor, que el propio sello había creado al solo fin de realizar grabaciones.

Además, su intensa actividad de la época se completaba reforzando la fila de bandoneones de la orquesta de Osvaldo Fresedo en las grabaciones que esta agrupación realizaba para el sello Brunswick.

A partir de 1930, alternaba su actividad a través de sucesivas temporadas veraniegas en Mar del Plata y actuaciones y grabaciones en Buenos Aires.

En 1934, se desvinculó de la Orquesta Típica Victor, ingresando de inmediato como bandoneonista de la orquesta estable de radio Belgrano, iniciando también por entonces su actividad como profesor de bandoneón.

En 1936, se incorporó a la orquesta de Osvaldo Fresedo en reemplazo del fallecido bandoneonista Juan Salvatore, quien fuera condiscípulo suyo en la academia del Alemán Berstein y en esa actividad lo sorprendió la muerte, tras una breve enfermedad, el 28 de febrero de 1941 cuando sólo tenía 38 años de edad.

Inspirado compositor, Petrucelli ha dejado entre otros temas, los ya mencionados Ranún y Me la diste chanta —grabados por su orquesta en 1928 y 1929, respectivamente—, A mi madre, De vuelta al barrio, Añoranzas y Negro el 20, del que existe una excelente grabación de Florindo Sassone con su orquesta, además de la del propio Petrucelli en 1929.

También son de su producción, el vals Amor cobarde, escrito en colaboración con el pianista Daniel López Barreto, tema que fuera grabado por la Orquesta Típica Victor con la participación del propio Petrucelli, como bandoneonista, junto a la voz de Alberto Gómez, en el estribillo, y ¿Es costumbre o es cariño?, tango con letra de Enrique Cadícamo, que Osvaldo Fresedo grabó con su cantor Carlos Mayel el 13 de septiembre de 1940, también con la participación de Petrucelli en la grabación, pocos meses antes de su fallecimiento.

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