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206. Nelson, Julio Jorge

Reconocido como el decano de los comentaristas del tango, nació en Buenos Aires el 27 de abril de 1913. Su verdadero nombre era Isaac Rosofsky.

Presentador de orquestas en sus comienzos, es muy curiosa la causa que según cuenta Julio Nudler le permitió idear esta actividad. Señala al respecto este autor que «Nelson observó que en los locales en los que actuaban los conjuntos musicales no se contaba con un presentador que anunciase los títulos de los temas que ellos iban a interpretar, por lo que era habitual que uno de los músicos escribiera el mismo con tiza en una pizarra».

Ésta fue la circunstancia que permitió a Nelson imaginar el lugar que comenzaría por entonces a ocupar.

Contra lo que quizás pueda suponerse, su relación con Gardel fue mínima, habiéndolo presentado solamente en una única oportunidad, en ocasión de una actuación de el Zorzal en el teatro El Nacional, en 1933.

Al año siguiente comenzó a difundir por radio Buenos Aires la audición Esta noche escuche a Gardel, con el fin de mantener vivo el interés del público por el cantor, quien desde el año anterior no estaba en el país.

A poco de fallecer Gardel, de cuya muerte se enteró la noche del accidente estando en el café Los 36 Billares, la flamante radio Callao con la conducción del locutor Carlos Enrique Cecchetti comenzó a difundir un programa dedicado exclusivamente al malogrado cantor. En 1936, Nelson pasó a conducirlo y le cambió el nombre por El bronce que sonríe. A partir de 1944, trasladó la audición a radio Mitre. Otro programa de difusión diaria que le diera gran popularidad fue El éxito de cada orquesta, cuyo itinerario fue en principio igual al de la anteriormente mencionada: comenzó en radio Callao, para pasar luego radio Mitre y finalmente, hasta el fallecimiento de Nelson, se difundió diariamente por radio Rivadavia. Ambas audiciones alcanzaron décadas de duración.

También desde 1949 dirigió con el comentarista de automovilismo con Alfredo Curcu la audición Una luz en el camino, la que se emitía en la madrugada.

Es bastante generalizada la opinión que imputaba a Nelson lucrar con el recuerdo y la memoria de Gardel, existiendo inclusive una difundida expresión según la cual «cuando Gardel pasó a mejor vida, Nelson también lo hizo». Sin embargo otras opiniones, en nuestro criterio más justas y acertadas, reconocen en Nelson a la persona que más contribuyó a la perdurabilidad de el Zorzal en la memoria del público.

Fue también importante su tarea como letrista, perteneciéndole los versos de Margarita Ghautier, su obra más difundida, sin dudas porque los acertados versos de Nelson inspirados en la famosa Dama de las camelias se acopla una bellísima melodía del pianista Joaquín Mauricio Mora.

Existen de este celebrado tango muchas versiones discográficas, entre ellas algunas solamente instrumentales, como por ejemplo la realizada por el Sexteto Tango, sobre la base de un excelente arreglo de Julián Plaza. Entre las que destacan los versos de Nelson recordamos la de las orquestas de Osmar Maderna con el cantor Pedro Dátila, realizada el 20 de febrero de 1947, y la de Alberto Mancione, cantando Ángel Varela, el 26 de noviembre de 1952.

Son también muy reconocidos los versos que escribió para el tango Carriego, con música de Raúl Nievas Blanco, del que existe una siempre vigente grabación de la orquesta de Miguel Caló con el cantor Roberto Arrieta.

Otras de sus poesías muy celebradas fueron las de los tangos La casa vacía, en este caso en colaboración con Reinaldo Yiso, siendo su melodía del prolífico compositor Arturo Gallucci, también llevado al disco por la mencionada orquesta, con la voz en este caso de Roberto Rufino, y Óyeme mamá, cuya melodía compuso el pianista y director Armando Ballotti, grabado por la orquesta de Francini y Pontier con el cantor uruguayo Pablo Moreno, en septiembre de 1952.

En realidad, su tarea de letrista no lo vinculó especialmente con ningún compositor en particular, compartiendo títulos con los músicos mencionados y también con Miguel Nijenshon, José García y Marcos Larrosa, entre otros.Además, intervino en dos películas, referidas ambas a la vida del Zorzal: Historia de un ídolo y Soy del tiempo de Gardel.

El 2 de marzo de 1976 sufrió un infarto cardíaco del que no pudo recobrarse, falleciendo cuatro días después en el sanatorio Anchorena en el que había sido internado. Tenía 62 años de edad.

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