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207. Nichele, Reinaldo Fidel

Violinista y compositor, nacido en Zárate (provincia de Buenos Aires), el 1º de junio de 1918, aunque su infancia y adolescencia transcurrieron en Montevideo, donde su padre se desempeñaba como técnico en refrigeración.

Realizó sus estudios de violín con el maestro Camilo Giucci, y su debut profesional se produjo a los 13 años de edad en el Casino de Carrasco de la capital uruguaya, integrando la orquesta de Juan Bauer. En 1936, ya en Buenos Aires, integró la orquesta de Fortunato Mattino. En 1937, ingresó a la flamante orquesta de Aníbal Troilo, de la que se desvinculó brevemente a fin de integrar la de Roberto Zerrillo que realizó el acompañamiento de Libertad Lamarque en algunas giras que esta cantante realizó.

Tras este fugaz paso con el mencionado director y violinista uruguayo, Nichele se reincorporó a la orquesta de Pichuco al año siguiente, permaneciendo en ella hasta 1955.

De esta etapa, ha quedado una grabación a la que Horacio Salas califica como un hito en la historia del tango. Se trata de Recuerdos de bohemia, el tango de Enrique Delfino, sobre arreglos de Argentino Galván, en la que Nichele ejecuta con excepcional brillantez un extenso solo de violín, antes de la breve intervención al final del tema del cantor Alberto Marino.

Integró también la agrupación del pianista Francisco Rotundo, aunque únicamente para participar como refuerzo en algunas de las grabaciones que ésta realizó para los sellos Odeon y luego para su subsidiaria Pampa entre los años 1948 y 1957, compartiendo la fila de violines, entre otros, con Hugo Baralis y Mauricio Misé.

Desde 1956 hasta 1959, conformó junto con Carlos Arnáiz, Armando Ziella, Eduardo Mataruco, Nito Farace y Rodolfo Fernández la fila de violines de la orquesta de Carlos Figari, quien contaba con los cantores Enrique Dumas, Ricardo Argentino y Héctor Omar. Con esta formación realizó catorce grabaciones para el sello rca Victor, participando también en la que bajo la dirección de Armando Cupo acompañaba a Alberto Morán.

En 1956, constituyó un cuarteto con Eduardo Rovira en bandoneón y arreglos, en el que además tocaban Fernando Romano, el contrabajo, y Orlando Trípodi, el piano, y que fue la primera etapa de renovación que emprendió Rovira.

Posteriormente, formó parte de la orquesta de Atilio Stampone, y en 1961, de la llamada Agrupación de Tango Moderno, creada por Eduardo Rovira en ese mismo año. Integraban este conjunto aparte del propio Rovira, en bandoneón, y Nichele, en violín; Leopoldo Soria, en piano, y nuevamente Fernando Romano, en contrabajo.

Este cuarteto contó siempre con arreglos de Rovira, elaborados con el objetivo de crear formas más accesibles al público que las de los conjuntos renovadores de la época, en los que el director se incluía.

De este modo, la estética de las ejecuciones trataba de mantenerse dentro de la tradicional, con un lenguaje muy rítmico y lucimiento de los solistas.

En 1965, para la grabación de su cuarto disco larga duración, la agrupación fue dirigida por Nichele, quien además siguió siendo el violinista de la misma, contando para la ocasión con Atilio Corral en el bandoneón, en diez de los doce temas que integraron el disco, mientras que en los dos restantes, el bandoneonista fue un juvenil Rodolfo Mederos; el pianista pasó a ser José Colángelo; mientras que Fernando Romano seguía siendo el contrabajista.

Si bien Eduardo Rovira, en esta oportunidad no participó como intérprete, cabe destacar que dejó su sello como arreglador de todos los temas. El grupo mantuvo permanentemente a lo largo de esos años una línea renovadora pero con las características ya indicadas, registrando en los cuatro discos versiones en las que el violín de Nichele adquirió un rol preponderante.

Ejemplo al respecto es la grabación de su propio tango Baile de etiqueta, en el que su violín solista se escucha al final de la segunda parte, luego de haber realizado un juego melódico y rítmico con el piano a cargo, ya en ese cuarto disco, del mencionado Colángelo.

También en 1965, dirigió y formó parte del cuarteto Los Solistas del Tango, al que completaban Atilio Stampone, en piano; Eduardo Rovira, en bandoneón, y Fernando Romano, en contrabajo, conjunto que en mayo de ese año lanzó bajo la simple y contundente denominación de Tango, un magnífico disco larga duración con doce temas clásicos, entre ellos La cumparsita, El motivo, Mi refugio, Inspiración, c.t.v. y Chiqué.

También en 1965, más precisamente en el mes de noviembre, debutó en el escenario del local Gotan formando un trío con Atilio Stampone y Eduardo Rovira, donde continuaron actuando hasta 1970.

En este año, pasó a integrar la orquesta de Grandes Valores del Tango, la recordada audición que se emitía por Canal 9 de televisión y ya en 1973 ingresó a la primera formación del Sexteto Mayor, en la cual permaneció hasta 1976.

Simultáneamente con esta última actividad, entre 1974 y 1976, formó parte del marco orquestal que dirigido por el pianista Osvaldo Requena acompañó al cantor Alberto Castillo en la grabación de un total veintinueve temas. En esta agrupación, José Votti, Armando Andrade y Bernardo Stalman completaban con Nichele la fila de violinistas, mientras que Juan Carlos Bera, Néstor Marconi, Daniel Lomuto y Osvaldo Pichuquito Rizzo integraban la de bandoneones; Enrique Marchetto estaba a cargo del contrabajo y el propio Requena, del piano.

En 1978, se alineó en el sexteto que Raúl Garello presentó en El Viejo Almacén y al año siguiente, con el mismo director, actuó en el Teatro Municipal General San Martín, de avenida Corrientes al 1500.

La década del ochenta lo encontró realizando varias giras por Europa, Japón y otros países de Asia, formando parte de las orquestas de Osvaldo Requena, Carlos García y Néstor Marconi.

Con este último, precisamente, en 1988 viajó a Japón integrando una delegación de importantes figuras del género, entre ellos el Polaco Goyeneche y Nelly Vázquez, como cantantes; el pianista Orlando Tripodi, y el mencionado Marconi y Daniel Binelli como bandoneonistas, que presentaba un espectáculo al que se denominó Tanguísimo. El mismo era dirigido por Marconi al frente de un conjunto formado a tal fin que se conoció como Octeto Buenos Aires y que integraban, entre otros, los mencionados intérpretes.

A comienzos de los noventa, entre sus múltiples actividades, Nichele constituyó el conjunto que bajo la dirección y arreglos también de Raúl Garello, acompañó a la joven cancionista Patricia Vel.

Ingresó luego a la agrupación de Osvaldo Requena y simultáneamente a esta actividad, en los primeros meses de 1997, ya con 79 años de edad, integró la orquesta dirigida por Pascual Cholo Mamone, constituida a fin de grabar un cd de doce temas, en la que Nichele se desempeñó como solista de violín, pudiéndoselo apreciar aún en la plenitud como intérprete, en especial en los solos que realizó para los temas Inspiración, Canaro en París, Adiós Nonino, La comparsita, Divina y Con lirismo.

Su obra como compositor no es para nada extensa pero sí valiosa. Entre su producción se encuentran el vals Querida, con letra de Evaristo Frantanoni, grabado por Alberto Morán acompañado por la orquesta dirigida por Armando Cupo, y los tangos Baile de etiqueta, a cuya grabación por parte de la Agrupación de Tango Moderno de Eduardo Rovira ya se hiciera referencia, y No vernos más.

Un mes antes de emprender una gira a Japón como integrante de la orquesta de Osvaldo Requena, Nichele enfermó gravemente, falleciendo en la mañana del 25 de abril de 1998, precisamente el día en el que la delegación comandada por el recordado pianista emprendía el viaje. Tenía entonces 80 años de edad.

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