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¿Cuándo se debe pedir una ergometría?

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Como mencioné al inicio del capítulo, desde muy jóvenes los seres humanos tenemos placas de ateroma que recubren el interior de las arterias. Se trata de una grasa adherida a la pared interna de la arteria que puede sufrir una alteración repentina y desencadenar una catarata de trombosis que terminará con la arteria afectada totalmente tapada en minutos. Esta capa de grasa es muy frágil y literalmente puede compararse al caracú de los huesos en un puchero. Lamentablemente los estudios de esfuerzo tipo ergometría no pueden detectarlo.

El pedido de las ergometrías se basa en la premisa de que, al identificar arterias coronarias bloqueadas por placas de ateroma, se indique una revascularización cardíaca —con stent o cirugía— para lograr así un mejor resultado clínico.

Muchos de los pacientes en que se identifica una obstrucción serán derivados para hacer un cateterismo cardíaco (también denominado “coronariografía”). Pero no todos los pacientes en que se encuentre una o más obstrucciones coronarias tienen indicación para que sea abierta —con un stent o cirugía—. Por esto es indispensable la opinión de un cardiólogo idóneo.

La US Preventive Task Force ha advertido las limitaciones y riesgos de hacer una coronariografía. Al detectar alto riesgo vascular en una persona, conviene que la evalúe un grupo multidisciplinario para indicarle qué tratamiento y estudios específicos se deben hacer.

Una prueba cardíaca de esfuerzo normal solo sostiene que esa persona no tiene una arteria coronaria con una estenosis (achicamiento) severa. Pero esa persona puede tener una alta carga de placa de aterosclerosis en la pared arterial que no es detectada por la prueba de esfuerzo y que, efectivamente, puede causar un infarto cardíaco en cualquier momento.

La ergometría puede consistir en correr o pedalear e ir registrando simultáneamente el electrocardiograma. Una versión superior consiste en agregar a lo anterior un ecocardiograma que muestra el movimiento del corazón durante el esfuerzo como el eco-estrés, un estudio para determinar el estado de las arterias coronarias, superior a la ergometría, que está disponible en la mayoría de los centros de salud. Hay variantes en las que con la administración de una medicación se logra “esforzar” al corazón en aquellas personas que no pueden hacer el esfuerzo (por ejemplo, alguien hemiplégico o que por otra razón no pueda moverse bien). Otra alternativa, que agrega radiación (y alto costo) al estudio, es la cámara gamma.

En definitiva, la presencia de una obstrucción arterial no necesariamente implica que se deba colocar un stent en el corazón. Quien sufre un evento cardíaco agudo que correlaciona con la presencia de una estenosis arterial significativa SÍ se va a beneficiar con la revascularización (es decir, colocación de un stent o cirugía de bypass si la cantidad de arterias afectadas lo justifica).

Varios estudios con un diseño confiable han mostrado que el tratamiento médico no invasivo y solo con medicaciones asegura la mejor evolución de muchos de estos pacientes, además evita someterlos al riesgo inherente de los procedimientos vasculares innecesarios. De hecho, hoy las guías de la Sociedad Europea de Cardiología

establecen que la evaluación del balance riesgo-beneficio está a favor del tratamiento conservador no invasivo con medicación por vía oral.

Las guías pueden consultarse en “ESC guidelines on the management of stable coronary artery disease: the Task Force on the management of stable coronary artery disease of the European Society of Cardiology” [“Guías de la SEC para el manejo de la enfermedad coronaria estable: Grupo de Trabajo para el manejo de la enfermedad coronaria estable de la Sociedad Europea de Cardiología”].

Por lo tanto, aquí el rol más importante lo juega el paciente que tendrá la responsabilidad de elegir a ese cardiólogo idóneo que tome la decisión correcta. En algunos casos será necesario colocar un stent o hacer una cirugía porque el tipo de lesión en las arterias coronarias y el cuadro clínico de ese paciente específico no responderá al tratamiento con medicación.

Pero es importante saber que en muchos pacientes el argumento de “En su caso no podemos hacer solamente tratamiento con medicación, debemos colocar un stent en su arteria” suena convincente a la vez que lo atemoriza ya que la implicancia tácita es que si no se coloca el stent puede tener un problema grave.

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