Читать книгу A mí no me va a pasar - Conrado Estol - Страница 30
Un ensayo clínico (trial) vale mil palabras…
ОглавлениеUn estudio llevado a cabo en el Reino Unido, llamado “ORBITA”, evaluó si realmente el tratamiento médico no invasivo en pacientes con enfermedad coronaria puede compararse a abrir la arteria usando un stent. Evaluaron 230 pacientes con una oclusión de por lo menos 70% en las arterias coronarias.
En todos se hizo un cateterismo, pero a la mitad se les colocó un stent en la arteria afectada y a la otra mitad no (grupo placebo). Los médicos que recibían a los pacientes luego del procedimiento no sabían a qué grupo pertenecía cada uno. Luego de unas semanas se midió el aumento en la capacidad de ejercicio de cada uno de los dos grupos. Los resultados permitieron concluir que no hubo diferencias en la capacidad de aumento de ejercicio entre los pacientes con dolor de pecho de origen coronario que fueron tratados con un stent y los que solamente recibieron medicamentos.
Cabe remarcar que varios de los pacientes en ambos grupos tuvieron complicaciones atribuidas al cateterismo, puesto que no es un procedimiento inocuo, aun cuando en el grupo placebo solo se llegó con el catéter a las arterias del corazón sin colocar un stent, que es la parte del tratamiento que se puede considerar más riesgosa.
Los resultados del estudio pueden consultarse en Rasha Al-Lamee y col. “Percutaneous coronary intervention in stable angina (ORBITA): a double-blind, randomised controlled trial” (“Intervención coronaria percutánea en la angina estable [ORBITA]: un ensayo aleatorizado y doble ciego”). Si bien los resultados del estudio ORBITA fueron elocuentes, sería justo decir que el número de pacientes evaluados fue limitado (n=230).
No fue el caso del COURAGE (“coraje”, nunca mejor elegido el nombre para una experimentación de este tipo), a cargo de William E. Boden y colaboradores, titulado “Optimal Medical Therapy with or without PCI for Stable Coronary Disease” (“Terapia médica óptima con o sin stent para la enfermedad coronaria estable”), que consistió en un estudio aleatorio de casi 2300 pacientes con evidencia de isquemia miocárdica.
A la mitad de ellos se les indicó recibir tratamiento médico óptimo y realizarse un cateterismo con colocación de stent; la otra mitad solo recibió tratamiento médico óptimo. Luego de varios años de seguimiento, los resultados mostraron que no hubo diferencia en la ocurrencia de muerte, infarto de miocardio y ACV entre los dos grupos. Y cuando se analiza el número de eventos, ¡estos ocurrieron más en el grupo que recibió un stent!, aunque la diferencia no fue significativa.