Читать книгу Regulación del sistema eléctrico - Cristina Gil-Casares Cervera - Страница 13

Como todo sistema, lo que caracteriza en primer lugar al eléctrico es su función. Ésta se define en el apartado 1 del artículo 1 de la LSE, y consiste en “garantizar el suministro de la energía eléctrica”. La expresión “suministro” puede resultar equívoca, pues a veces se utiliza para hacer hincapié en la última fase (el suministro al consumidor), y en otras ocasiones, como en este artículo, para aludir a todo el conjunto de actividades que van desde la generación de dicha energía eléctrica hasta su puesta a disposición al consumidor. El sentido que ahora nos interesa es este último.

No obstante, es importante resaltar que, junto a este fin, que puede definirse como función propia del sistema, el ordenamiento establece otros, de indudable relevancia para su configuración. La mayor parte de estos fines están definidos en el artículo 1 de la vigente Ley del Sector Eléctrico, cuyo primer apartado dice así:

Artículo 1. Objeto.

1. La presente ley tiene por objeto establecer la regulación del sector eléctrico con la finalidad de garantizar el suministro de energía eléctrica, y de adecuarlo a las necesidades de los consumidores en términos de seguridad, calidad, eficiencia, objetividad, transparencia y al mínimo coste.

Ahora bien, junto a la definición de los fines que hace este artículo, que pone el acento en la posición del consumidor, aun cuando su comprensión debe trascender esta perspectiva, hay otro fin, el de sostenibilidad ambiental, que si bien no se incluye en el artículo, vertebra hoy todo el derecho de la energía, y que constituye, de alguna manera, la tendencia que marca la evolución del sistema. En síntesis, siguiendo a Guayo Castiella29, podemos sintetizar estos fines en torno a lo que dicho autor califica como principios del derecho de la energía:

– la seguridad del suministro30;

– el principio de eficiencia económica, que se traduce en la exigencia de llevar a cabo el suministro al menor coste posible31;

– y la sostenibilidad ambiental32.

Estos tres fines han dado lugar a lo que se conoce como el «trilema de la energía», esto es, a la necesidad de que se garantice al mismo tiempo, la necesidad de un suministro de energía eléctrico seguro, eficiente económicamente y sostenible medioambientalmente33.