Читать книгу Cómo vencer los temores y fortalecer la salud emocional - Enrique Chaij - Страница 14

Temor emblemático

Оглавление

Siglos después del sufrido Job, nació otra vida singular, cargada de lección. Al principio pareció ser un muchacho más, un simple pastor de ovejas al cuidado de los rebaños de su padre. Pero desde el momento en que inesperadamente fue ungido rey de su país, y ganó celebridad por haber vencido al gigante Goliat, este joven llegó a ser tan amado por su pueblo como odiado por sus enemigos. Así fue la vida del rey y salmista David.

En la vida de David abundaron los temores. Notemos su propio testimonio: “Temor y temblor vinieron sobre mí, y el horror me abruma. Dije: ¡Quién me diera alas de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos, moraría en el desierto. Me apresuraría a escapar del viento borrascoso, y de la tempestad” (Salmo 55:5-8). Con estas patéticas palabras, David describe la agonía de su alma, y su profundo deseo de escapar de sus enemigos, con el fin de encontrar un poco de paz para su corazón golpeado por el temor.

Era tal su desesperación, que hubiera querido tener “alas de paloma” para huir adonde nadie lo viera. El mismo que antes había enfrentado sin miedo al temible Goliat, y lo había vencido de modo tan espectacular, ahora parecía un niño temblando de temor ante sus perseguidores. Pero finalmente, David reconoció que había solución para su espíritu desesperado. Comprendió que con su excesivo temor, jamás podría ser feliz, ni menos ser el rey valiente de su nación.

Confianza en medio del temor

Los días tormentosos de David le enseñaron la mayor lección de su vida. Llegó a confiar en Dios como el gran Vencedor sobre todos sus temores. Pidió la fuerza divina para ponerse por encima de sus miedos. Y el Altísimo le dio la victoria anhelada. A tal punto, que después escribió este sabio consejo para bien de toda persona temerosa: “Confía en el Señor,… y él te dará los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino, confía en él y él hará. Descansa en el Señor, y espera tranquilo en él” (Salmo 37:3,4,5,7).

El antiguo rey no negó sus miedos. ¿Qué sueles hacer tú cuando el temor te agobia y angustia? ¿Disimulas el verdadero estado de tu corazón, y te esfuerzas por dar una impresión ficticia de valor? El disfrazar o encubrir la realidad no es buena terapia para ninguna clase de temor.

¿Algún miedo te persigue y te mantiene abrumado de dolor? ¿Sientes que la inseguridad te impide gozar de la vida? Haz entonces lo que hizo David: analiza tu temor, cuéntaselo a tu amigo cercano, y sobre todo a tu Padre celestial. Y él responderá tu pedido de ayuda. No hay temor que sea mayor que Dios. Por ende, él puede resolver los temores de quienes confían en él y solicitan su ayuda.

Cómo vencer los temores y fortalecer la salud emocional

Подняться наверх