Читать книгу Pinceladas del amor divino - Erna Alvarado Poblete - Страница 42

6 de febrero Si te sientes bien, te ves bien - II

Оглавление

“Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: ‘No tengas miedo, yo te ayudo’ ” (Isa. 41:13).

Estar en armonía con nosotras mismas y con las personas que nos rodean no necesariamente nos hará granjearnos la amistad y la sim­patía de todos; sin embargo, nos proveerá satisfacción, al sustentar nuestro sentido de valía personal.

Amiga, no te preocupes por caerle bien a todo el mundo; preocúpate por caerte bien a ti misma. Esto incluye valorar tus atributos físicos, aceptar tus cualidades emocionales y espirituales, y desarrollar al máximo tus capaci­dades intelectuales; sobre todo, no te encierres en la parte más oscura de tu pasado, porque ensombrecerás tu presente y no podrás visualizar el futuro glorioso que Dios ha prometido.

Por supuesto, hay ciertas actitudes personales que nos ayudarán a aceitar y limar las asperezas en las relaciones interpersonales. La primera de todas: ten una actitud positiva frente a la vida, especialmente cuando los momen­tos difíciles llamen a la puerta de tus emociones. Otras acciones que puedes realizar son las siguientes:

 Haz sentir a los que te rodean que son importantes para ti; ofréceles caricias emocionales sinceras, sin adulaciones superficiales.

 Establece límites saludables a tus emociones. Los extremos emociona­les, a veces, traspasan los derechos de otros.

 Aprende a lidiar con la crítica; siempre estamos expuestas a ella. Cuan­do seas objeto de crítica, cuenta hasta veinte antes de responder; a con­tinuación, responde con una palabra que te muestre tranquila y amable. Nunca reacciones a un comentario ofensivo. Deja que los que te critican se vayan sin tener motivos para criticarte una vez más.

 Habla de los demás en los términos en que te gustaría que se refirieran a ti. Y, si no lo puedes hacer, mejor quédate callada.

 Sé auténtica; todas tenemos cualidades que podemos ofrecer a los demás. Recuerda: si te sientes bien, te ves bien. Se trata de una fórmula sencilla que te ayudará a obtener diariamente fortaleza para vivir. Y en los días grises, cuando tu poder personal y tu amor propio sean avasallados por circunstancias adver­sas, Dios estará allí para decir: “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros” (Isa. 49:16, RVR 95).

Pinceladas del amor divino

Подняться наверх