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La frecuencia de la respiración durante las carreras
ОглавлениеNormalmente se aconseja a los nadadores de mariposa que no respiren durante cada ciclo de brazada cuando compiten. Se cree que respirar reduce la velocidad porque las caderas y las piernas se hunden más en el agua, y el movimiento hacia arriba tiende a ser más corto y el primer batido más débil (Hahn y Krug, 1992; Alves, Cunha y Gomes-Pereira, 1998). La recomendación más común es respirar cada dos brazadas en las carreras de 100 m. Esto se llama un patrón de respiración 1-y-1 y se considera un buen camino medio entre la necesidad de consumir oxígeno y el deseo de mantener la velocidad de avance al nivel más alto posible.
Figura 5.17. La respiración lateral en mariposa.
Algunos entrenadores recomiendan este patrón para las carreras de 200 m. Sin embargo, otros creen que es demasiado riguroso. Recomiendan patrones en los que se respira en dos o tres brazadas consecutivas antes de realizar una brazada sin respirar. Estas frecuencias de respiración se llaman patrones de 2 y 1 y 3 y 1. Las brazadas extras en las que respiran aumentan el consumo de oxígeno y las brazadas periódicas en las que no respiran se utilizan para readquirir la alineación horizontal.
A pesar de la aparente sensatez de restringir la respiración, muchos mariposistas de nivel mundial han respirado una vez por ciclo de brazada durante muchas de sus mejores pruebas. Esto se ha notado especialmente en las pruebas de 200 m, aunque algunos magníficos mariposistas han respirado también durante cada ciclo de brazada en la prueba de 100 m.
El evidente dilema a que se enfrentan los nadadores es si deben intentar aumentar su velocidad media utilizando algún patrón restrictivo de respiración o retrasar la aparición de la fatiga respirando tan a menudo como sea posible. Tiendo a creer que el retraso de la fatiga es más importante para tener éxito en la competición. Por esta razón, los nadadores de mariposa deben hacer todos los esfuerzos para perfeccionar su mecánica de respiración para que puedan respirar regularmente con poca o ninguna reducción de su velocidad de avance. En este sentido, Alves, Cunha y Gomes-Pereira (1998) encontraron que aumentos en la inclinación del tronco no eran significativamente diferentes para los buenos nadadores de mariposa durante los ciclos de brazada en que respiraban y en los que no respiraban. Por lo tanto, existe evidencia de que la respiración no aumenta el arrastre por forma.
Los nadadores deben utilizar series de repeticiones experimentales para determinar el patrón de respiración más eficaz para cada distancia competitiva. Deben completar series de ocho a doce repeticiones de 50 ó 100 yardas o metros a mariposa con intervalos de descanso cortos o medios. Todas las repeticiones deben nadarse con esfuerzos similares que se acerquen a la velocidad de la carrera. Las series de 50 m con 1 minuto de descanso son muy buenas para simular las carreras de 100 m. Series de 50 m con un menor descanso y series de 100 m con un descanso de corto a medio son más apropiadas para el estrés de las carreras de 200 m.
Se deben alternar las frecuencias de respiración de una repetición a otra, utilizando patrones de 3 y 1, 2 y 1, 1 y 1 y cada ciclo hasta que puedan determinar qué patrón consigue los tiempos más rápidos, o el mismo tiempo con menos esfuerzo. Los nadadores deben repetir estas series a lo largo de varios días, y descartar los patrones que evidentemente son menos eficaces hasta que encuentren el que sea continuamente más rápido para una distancia competitiva dada. Éste es el patrón que deben utilizar en la competición. Si no hay ninguna diferencia de velocidad entre ciertos patrones, los nadadores deben utilizar el que proporciona la mayor cantidad de oxígeno.