Читать книгу La soportable gravedad de la Toga - Eugenio Moure González - Страница 10
31 de agosto de 2018 El exceso de abogados y los excesos de los abogados
ОглавлениеLleva un mes en mi mesilla de noche el libro de las memorias del Profesor Alejandro Nieto1, que voy leyendo a salto de mata, de atrás para delante y viceversa, porque su estructura lo permite. Afronto el capítulo titulado “Una sociedad pleitista” donde alude a una patología social que denomina “pleitomania” y que atribuye a la “plétora de abogados (que) provoca un aumento de pleitos a los que ellos incitan, ya que de alguna manera tienen que ganarse la vida”.
No estoy de acuerdo y eso que admiro intelectualmente al Profesor Nieto del que siempre he envidiado su independencia de criterio e iconoclasta visión de las instituciones públicas. Es cierto que asistimos en los últimos años a un cambio en el ejercicio de nuestra profesión, que ha salido a la calle, formando parte del paisaje urbano la efigie de ciertos abogados, santo y seña de eso que se han llamado los “despachos populares” con tarifas bajas o a “cuota litis”.
Pero, ¿realmente ellos provocan los pleitos o el conflicto ya latía en la sociedad y sólo han facilitado –aun con cierto exhibicionismo mediático– el acceso a la justicia, arrumbando los antaño vinculantes baremos colegiales de honorarios?
Vaya por delante que no comparto ciertas formas de promocionarse en nuestra profesión, pero creo que la patología social no es esa que describe Don Alejandro, sino otra más profunda que deriva de una Administración harto politizada e hipertrofiada y de unas instituciones financieras y de seguros que han campado, en ocasiones, al margen del Derecho.
La “pleitomania” no es la enfermedad sino el síntoma. Cuando en un país hay tantos abogados como médicos esto nos da la idea del tipo de males que nos aquejan, más sociales (la corrupción, como ejemplo) que individuales.
Cuestión distinta es que el conflicto interpersonal no sepa gestionarse por medio de soluciones extrajudiciales, y ahí sí creo que en nuestro país falta todavía mucho para que haya una auténtica cultura de la mediación, al confundirse lo jurídico con lo judicial. Buena muestra de ese modo que tenemos de entender la disputa es la clásica amenaza galaica entre colindantes: ¡te voy a meter un interdicto! (curiosa forma de visualizar la acción posesoria como si de un objeto penetrante se tratase).
1. Nieto, Alejandro, “Testimonios de un Jurista (1930–2017)”. Global Law Press-Editorial Derecho Global. Instituto Nacional de Administración Pública. Sevilla, 2017.