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La rebelión del Cuzco

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La famosa rebelión del Cuzco es un legado para la conciencia colectiva de la independencia peruana. Abarcó el levantamiento de gran parte de la provincia del Cuzco, incluyendo las intendencias de Huamanga, Arequipa y Puno, y parte de la provincia de Charcas. ¿Cómo se origina esta rebelión? Quizás porque «la situación fue cambiando conforme pasaban los años de incertidumbre, al tener España un régimen constitucional y el Perú uno absolutista. La negativa de publicar y jurar la Constitución por parte de la audiencia cuzqueña fue usada por los criollos como pretexto para protestar. Un grupo de treinta personalidades, encabezado por Rafael Ramírez de Arellano, presentó un memorial exigiendo la juramentación de la constitución y elecciones al cabildo constitucional. La respuesta de la audiencia fue detener a Arellano en febrero de 1913. Los liberales del cabildo lograron su libertad»14.

A mediados de 1813, al difundirse en el Cuzco el avance del ejército auxiliar patriota argentino dirigido por Manuel Belgrano, un importante número de notables de la ciudad imperial, con el apoyo de oficiales y soldados del ejército realista procedentes de la capitulación que siguió a la derrota española en la batalla de Salta, decidió avanzar en el autogobierno otorgado por la Constitución española de 1812. La rebelión tuvo sus orígenes en la confrontación política entre el cabildo constitucional, favorable a la autonomía cusqueña, y la Real Audiencia del Cuzco, favorable al virrey de Lima.

El 9 de octubre de 1813, los criollos, con el apoyo de los jefes de la guarnición realista del Cuzco, Matías Lobatón y Marcelino Vargas, reiteraron al presidente de la Audiencia del Cuzco, Martín Jara, el pedido de la aplicación de la constitución liberal. Era un reclamo de miembros del ayuntamiento del Cuzco para instalar la diputación provincial cuzqueña y autónoma del gobierno virreinal de Lima, según lo que preveían las Cortes de Cádiz de 1812. Pero el Tribunal de la Real Audiencia del Cuzco ordenó la prisión de los reclamantes. Los hermanos Angulo, miembros del cabildo del Cuzco, huyeron el 3 de agosto de 1814 y encontraron apoyo en el cacique Mateo Pumacahua para formar una Junta de Gobierno del Cuzco.

Bajo el mando de José Angulo se organizaron tres expediciones: la primera tomó la ciudad de La Paz; la segunda, dirigida al norte, asaltó la ciudad de Huamanga; la tercera, al frente de Mateo Pumacahua, ocupó Arequipa. La junta de gobierno quería secundar las acciones autonomistas de Buenos Aires. El general Álvarez de Arenales, desde Argentina, les envió felicitaciones con la promesa de marchar con ellos a liberar todo el continente americano15.

Los enfrentamientos entre criollos y nativos contra españoles peninsulares y americanos continuaron con idas y venidas, victorias y derrotas de unos y otros, con las ejecuciones de los vencidos, como era desgraciadamente tan usual en la época. De todas las personas que dieron su vida por la patria –y por la Corona, del otro lado de la guerra–destaca Mateo Pumacahua, cacique de Chinchero, su pueblo natal.

Como tantos de su época, se había forjado en las tropas realistas. Luchó contra la rebelión de Túpac Amaru II. Fue Alférez Real de Indios Nobles del Cuzco en 1802. En 1811, el entonces coronel de infantería Mateo Pumacahua respaldó la campaña en el Alto Perú del brigadier Goyeneche. En 1813, era integrante de la Real Audiencia del Cuzco, de la que había llegado a ser presidente interino en 1807.

Recién en 1813, Mateo Pumacahua se unió a otros líderes indígenas descontentos y a criollos liberales, demandando la vigencia de la Carta española de 1812, y luego declaró la guerra al virrey Abascal. Cuando las tropas realistas se acercaban a Arequipa, una vez declarada la guerra por el virrey, Mateo Pumacahua y Angulo decidieron replegarse en torno al Cuzco, dejando libres todas las intendencias y provincias ocupadas. El 3 de noviembre de 1814, en La Paz, donde fueron ejecutados 108 patriotas, un cabildo abierto en Arequipa se volvió a reunir y prometió lealtad al rey el 30 de noviembre de 1814.

En la batalla de Umachiri, las tropas formadas por 1200 soldados vencieron a las tropas de 12 000 patriotas. El parte militar español, firmado el 12 de mayo de 1815, da cuenta de «siete muertos a bala, seis ahogados en el río y siete heridos» por el lado realista, mientras que los muertos patriotas, en su mayoría civiles sin mayor entrenamiento, fueron más de mil. Hubo numerosos fusilamientos en el campo de batalla; así murió el poeta arequipeño Mariano Melgar16. Pumacahua había sido detenido en Sicuani, a los 75 años. El general realista Ramírez Orozco ocupó el Cuzco el 25 de marzo de 1815. El 21 de abril dispuso las ejecuciones de la mayoría de los líderes patriotas sobrevivientes: Mateo Pumacahua, los hermanos José, Vicente y Mariano Angulo, José Gabriel Béjar, Pedro Tudela y otros.

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