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LA ÉLITE Más de un millón de peruanos camino de ser libres
ОглавлениеEl virrey Francisco Gil de Taboada y Lemos, en el censo de 1796, encuentra 1 076 122 habitantes en el reino del Perú. «La intendencia de Lima alberga a 149 112 habitantes; la de Trujillo, a 230 967; la de Arequipa, a 136 175; la de Tarma, a 201 259; la de Huancavelica, a 30 917; la de Huamanga, a 111 410; la del Cuzco, a 216 282».
El virrey José Fernando de Abascal y Sousa, en el censo de 1812, hecho para elegir a los diputados a las Cortes de Cádiz, «incorpora las poblaciones de la intendencia de Puno y los gobiernos de Guayaquil, Chiloé, Maynas y Quijos. El total que consigna es de 1 509 551 habitantes. La descomposición demográfica de entonces es como sigue: 178 025 españoles, 954 799 indios, 287 486 mestizos y 89 241 esclavos»28.
El patriotismo o la fidelidad realista, el color de la piel (blancos, indios, negros), la clase social y económica a la que se pertenecía, el grado de educación y la manera de pensar, entre otros elementos, forjaron el mestizaje peruano. «Esta formación del tono mestizo general de la vida peruana se confunde con el nacimiento del país. La colonización española en el siglo XVI señala así el principio del Perú mestizo y occidental, que advierte no por la destrucción de una raza ni de una forma de vida, sino que es ancho fruto de unidad, a través del aliento de creación»29.
Rey de Castro Arena considera tres elementos en la evolución ideológica de los peruanos de entonces: las ideas de los líderes políticos que dieron sustento a la revolución emancipadora; las motivaciones que hubo detrás de las diferentes conspiraciones, rebeliones y revoluciones, entre 1780 y 1920, en el Perú; y los acontecimientos internos e internacionales que formaron el contexto histórico del proceso de formación de la nacionalidad peruana30.
¿Qué piensan los criollos en la segunda década del siglo XIX? De la Puente intenta una síntesis: «Está el autoritarismo pragmático y experimental de Monteagudo; está la formación clásica, el sentido religioso y el profundo conocimiento de las ciencias naturales y la historia del Perú, que encarna Unanue; aparece en Toribio Rodríguez de Mendoza la lucha por obtener la síntesis viva y coherente entre los adelantos científicos de la “ilustración” y la creencia en la revelación cristiana; muéstrase en Sánchez Carrión un encendido empeño por el enaltecimiento de la libertad política, de los derechos del ciudadano y de la validez de la República; a la cátedra de San Marcos llegan hombres continuadores de las preocupaciones científicas del siglo XVIII, del espíritu de libertad de esos años, y de afirmación, asimismo, de principios políticos que vienen de la “escolástica”; y están del mismo modo presentes hombres que creen en la soberanía popular, dentro de los moldes que proclamaron las Cortez de Cádiz, y quienes creen en la monarquía, como José Ignacio Moreno, que la promueve como un elemento de estabilidad»31.
Veamos ahora unos pocos, entre los muchos, protagonistas de la época de la independencia que han destacado en el proceso de evolución de la monarquía española a la República peruana, como ya hemos visto en el primer capítulo con los casos de Juan Pablo Mariano Viscardo y Guzmán y de Vicente Morales Duárez.