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Francisco Xavier de Luna Pizarro: eximio parlamentario
Оглавление«Hombre de oro –afirma Enrique Chirinos Soto– por el vuelo de su espíritu, por su sagaz energía, por su imponente talla de político, por sus virtudes de sacerdote y por su luminosa actuación en las décadas iniciales de nuestra peripecia republicana»42, Francisco Xavier de Luna Pizarro Pacheco fue uno de los intelectuales más importantes del tiempo de la emancipación. Gran patriota, de carácter fuerte, había nacido en Arequipa el 3 de noviembre de 1780.
Abogado, actúa como secretario del Cabildo de Lima. Fue también diputado por su Arequipa natal, senador de la República, y presidente de los Congresos Constituyentes de 1822, 1828 y 1834, donde se desempeña con soltura gracias a que en las Cortes de Cádiz había aprendido «las reglas de las asambleas democráticas» y se torna «experto en el procedimiento parlamentario»43. Ejerció la presidencia interina del Perú, durante breves periodos, en 1822 y 1833.
Enseña Margarita Guerra que, en el primer Congreso peruano, que preside Luna Pizarro, «se congregaron hombres de distinto pensamiento, desde nobles conservadores como Manuel Salazar y Baquíjano, conde de Vista Florida, hasta radicales del liberalismo como José Faustino Sánchez Carrión; monarquistas como Hipólito Unanue, hasta republicanos recalcitrantes como Manuel Pérez de Tudela; representantes de los diversos sectores de actividades profesionales y económicas como clérigos, quienes llegaron al número de 26, entre ellos Toribio Rodríguez de Mendoza; abogados como Francisco Javier Mariátegui; funcionarios como Manuel B. Ferreyros; hacendados como Domingo de Orué; médicos como José Gregorio Paredes; militares como José de la Mar; comerciantes e, incluso, extranjeros como Ignacio Ortiz de Zevallos, José Joaquín Olmedo, etc.»44.
Chirinos Soto opina que, habiendo sido elegido Luna Pizarro presidente de la primera Asamblea Constituyente, y que, como liberal republicano, era contrario a la monarquía y al caudillismo, a él se debe la formación, en el primer Congreso de la República, de la Junta de Gobierno, de setiembre de 1822 a febrero de 1823, formada por tres miembros: José de La Mar, Manuel Salazar y Baquíjano, y Felipe Antonio Alvarado, como veremos con detalle más adelante.
Habiendo formado parte de la Comisión Preparatoria de la primera Constitución peruana, y habiendo sido presidente del primer Congreso de la República, Luna Pizarro no firma el primer texto constitucional, al haber optado por propia voluntad por el destierro, cuando Riva Agüero asume la presidencia de la República.
No había entonces incompatibilidad legal ni canónica entre el ejercicio de la política, entendida en su más elevado sentido, y el sacerdocio. En los primeros años de la República, el clero estuvo presente en el Parlamento. Es el caso, entre muchos otros, de Francisco Xavier de Luna Pizarro, como hemos visto. Al final de su vida, por decisión del papa Gregorio XVI, fue nombrado primero obispo auxiliar de Lima, y luego, el 27 de abril de 1846, vigésimo arzobispo de Lima.
Durante el gobierno de esta arquidiócesis «señaló como erróneas algunas ideas que antes profesara con entusiasmo, e inclusive gestionó la condenación papal contra los alegatos regalistas de su amigo Francisco de Paula González Vigil»45. Realizó su labor pastoral, con dedicación religiosa, durante casi una década; y a pesar de su edad y sus enfermedades, se mantuvo firme en sus convicciones frente a las incomprensiones y persecuciones hasta su muerte, el 9 de febrero de 1855.