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Оглавление—Lo siento, pero estoy demasiado cansada.
Hay algo en todo esto que me supera y mi instinto me dice que salga corriendo. ¿A Tristán Lago le interesa algo de mí? ¿Por qué? Si lo pienso fríamente, creo que quiere que sea simplemente su «divertimento» esta noche. Un viaje de tantas horas puede hacerse pesado, si no tienes algo en lo que distraerte. Y yo no creo tener madera de bufón en absoluto.
—Como quieras, no voy a imponer mi compañía a nadie. Sin embargo, si cambias de opinión
—Creo que sabré dónde encontrarte
—¿Buenas noches, entonces?
—Buenas noches.
No puedo dejar de pensar en la cara, mezcla de incredulidad y decepción, cuando vuelvo al interior de mi compartimento mal iluminado y me tumbo en la litera. Estoy contenta conmigo misma por no haber cedido, por mantener mi autoestima intacta. Pero por alguna razón me siento triste. Además mi estómago no para de quejarse. La idea de haber aceptado cenar con él aunque sólo fuera para llenarme el estómago me ronda la mente. ¿Será ya tarde para cambiar de idea? Seguramente.
Miro la hora en mi iPhone: las nueve y cuarto. El comedor debe de estar a rebosar y Tristán debe tener una mesa reservada en él. Se me ocurre pasarme por el bar, quizás tenga suerte y pille a algún camarero que se apiade de mí y me haga un bocadillo.
Aun así me quedo un rato más estirada en la litera, los ojos cerrados, descansando. Cuando vuelvo a abrirlos miro la pantalla de mi iPhone de nuevo, las diez menos veinte. Tengo que darme prisa pero el cuerpo me pesa demasiado. Justo cuando creo que reúno las fuerzas necesarias para levantarme, tocan a la puerta.
¿Quién será ahora? ¿De verdad quiero saberlo?
• Abro la puerta (ve a "20").
• No abro. Quien quiera que sea, que se marche (ve a "21").