Читать книгу Tocando el cielo - Gaia Tempesta - Страница 22

17

Оглавление

Vaya pasar una noche con Tristán Lago ¡No en sentido sexual, ninguno de los dos está pensando en eso! porque yo no estoy imaginando esos labios suyos, carnosos, recorriendo mi cuello ni esas manos suyas de dedos estilizados hundiéndose en mi pelo yo no lo estoy haciendo y por supuesto él tampoco…

—Está bien, me parece un buen trato.

—Perfecto. Entonces cuando acabemos de cenar ve a buscar tu cámara, yo te espero en mi compartimento.

En su compartimento. Respiro hondo y sonrío, intento esconder una emoción que se concentra cerca de mi vientre.

Ante la promesa de lo que viene después acabo rápidamente el salmón y paso del postre. Siento que si tardo más en levantarme de esa mesa y, sobre todo, que si bebo un poco más de ese vino no voy a poder mantenerme en pie toda la noche. Me despido con un hasta luego y voy a mi compartimento. Siento una mezcla de muchísimo sueño y excitación por lo que está a punto de suceder. Quién sabe si en un futuro mis fotografías se conviertan en míticas, como las que le hizo Gloria Stavers a Jim Morrison. Mientras me cuelgo la Canon al cuello y reviso mi móvil pienso en lo friki que puedo llegar a ser. Ya ha pasado la medianoche y el tren está sumido en un silencio espeso. ¿Dejarán que Tristán se ponga a tocar la guitarra a estas horas? ¿No les molestará a los demás pasajeros de su vagón? Caigo entonces en la cuenta, seguramente tiene para él toda la Gran Clase.

Me tiemblan las rodillas. Me siento un momento en la litera, intentando reunir fuerzas para enfrentarme a una noche excitante como no la he tenido en mi vida. Pero el cansancio del día empieza a hacer mella y la tentación de cerrar los ojos un momento se apodera de mí…

• Supongo que puede esperar un poco. Me estiraré un rato (ve a "18").

• Tengo que aprovechar cada segundo que pueda con él (ve a "19").

Tocando el cielo

Подняться наверх