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ОглавлениеMe cambio en un momento y me pongo el vestido vintage, con unas bailarinas negras. Repaso mi maquillaje y me miro en el espejo de cuerpo entero: mucho mejor, ¡así se hace, Álex! Cojo mi equipo y voy al encuentro de Juan. Cuando me ve tan cargada se apresura en ayudarme con todo y a meterlo en el Mercedes Clase A de color negro y cristales tintados. Yo me acomodo, como Juan me pide, en el asiento trasero.
—No deberíamos tardar mucho, pero el tráfico es impredecible. Abróchese el cinturón, por favor.
Sonrío y lo hago. ¡Con los nervios ni me había acordado! Sí, estoy nerviosa y mucho, aunque pruebe por todos los medios de disimularlo.
Intento mantener mi mente ocupada, envío un WhatsApp a mi jefa: “Estoy de camino a la entrevista. En cuanto salga te envío material. No sufras”.
Al poco me contesta: “OK, Álex. Mantenme informada. Revisa tu correo electrónico. No puedo evitar sufrir. Gracias por todo”.
Miro mi correo electrónico, ahí está el mensaje con las preguntas que quiere que le haga a Tristán, la mayoría de índole personal. Está claro que lo que menos interesa a mi jefa es su música. Aunque si lo pienso fríamente, a mí tampoco. Miro por la ventanilla, ahora mismo estamos parados en un atasco.
—¿Estamos muy lejos? —pregunto.
—No, sólo faltan unos metros.
—Entonces puedo bajarme aquí.
—Como quiera. Pero ya le digo, no tardaremos mucho más.
Sí, pero no estoy segura de querer llegar en el coche de Tristán a un hotel donde se ha congregado la prensa. ¿Qué podrían pensar los demás compañeros? Quizás daría de qué hablar, e incluso puede que alguno se interesara por mí, y no me conviene.
Por otra parte el atasco empieza a deshacerse, solo quedan unos metros y Juan aparcará en la parte trasera. También sería mala suerte que alguien me viera ¿Qué debería hacer?
• Seguir con Juan en el coche.(ve a "36").
• Bajarme ahora (ve a "37").