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La neutralidad

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Otro aspecto controvertido del gobierno radical fue su política externa, especialmente su postura ante la Primera Guerra Mundial. Yrigoyen continuó la neutralidad iniciada por su antecesor, Victorino de la Plaza. Y Argentina se mantuvo neutral hasta el final del conflicto a pesar de la oposición de conservadores y socialistas, que pedían la ruptura de relaciones con Alemania e inclusive la declaración de guerra. Los principales diarios también lo presionaron para romper relaciones diplomáticas con Alemania y sus aliados. Desoyó la decisión del Congreso al respecto e incluso enfrentó posturas internas del radicalismo, como las de Leopoldo Melo, quien era partidario de declarar la guerra a los alemanes.

En febrero de 1917, Alemania declaró que iba a atacar a todo el tráfico marítimo, beligerante o neutral, en las zonas de bloqueo cercanas a Gran Bretaña, Francia e Italia. Además, se conoce la entrada en guerra de EE.UU., Brasil, Perú y Uruguay. La oposición, sobre todo por medio de los periódicos, presionó para cambiar la postura del gobierno.

La situación se agrava cuando en abril es hundido el buque argentino Monte Protegido, previo desembarco de sus tripulantes. El gobierno argentino, a través de su cancillería, reclama enérgicamente a Alemania las reparaciones materiales y los actos de desagravio correspondientes. Si bien la cancillería alemana responde satisfactoriamente, en junio son capturados otros dos buques mercantes, Toro y Oriana. En esta oportunidad se produce un duro cruce de notas, hasta que finalmente Alemania se aviene a los pedidos de Argentina.

En medio de este contexto sumamente tenso, la embajada de EE.UU. remite al gobierno argentino, pero también a la prensa opositora, un telegrama del embajador alemán en Buenos Aires enviado a su país, recomendando el hundimiento de varios buques argentinos que llevan mercaderías a Inglaterra e insulta al ministro Pueyrredón tratándolo de “burro”. El telegrama interceptado por los servicios de inteligencia norteamericano y difundido públicamente provocó un escándalo mayúsculo que llegó a ser debatido en el Congreso. Allí, como a través del diario radical La Época, se denuncia la sumisa y casi humillante actitud neutralista del gobierno anterior por orden de Gran Bretaña, que ahora se ha transformado en belicista ante las presiones de EE.UU., en contra de la independiente neutralidad, demostrada con duras posiciones frente a unos y otros.

A pesar de todo, Yrigoyen, persistió en su política de independencia diplomática, particularmente frente a los EE.UU. y mantuvo la neutralidad durante el conflicto. Aunque fracasó en su intento por organizar una conferencia latinoamericana de naciones neutrales, tuvo mayor impacto la decisión de apoyar el principio de igualdad de los Estados en la conformación de la Sociedad de las Naciones. A las reuniones previas a su organización, realizadas en Ginebra, concurrió la delegación argentina encabezada por el embajador en Francia, Marcelo T. de Alvear, quien demostraría que no estaba convencido con la postura intransigente de Yrigoyen de no avalar ningún tipo de exclusiones ni diferencias entre los países que conformen la Sociedad. Debido a la aceptación de Alvear de avanzar con las negociaciones sin ser aprobada la postura argentina, se lo intima a definir la cuestión y ante la decisión de excluir a varias naciones por parte de los países vencedores de la guerra, el canciller Honorio Pueyrredón ordena el retiro de la delegación.

Almanaque Histórico Argentino 1916-1930

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