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Conclusiones

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El radicalismo y en especial Hipólito Yrigoyen se habían preparado para gobernar llegando al poder por medio de un golpe de Estado o “revolución”, como lo llamaban ellos. Es una contradicción que hayan luchado por elecciones sin fraude y que el propio Yrigoyen llegue a la presidencia justamente con la ley electoral de voto secreto y obligatorio y no pueda sostener una gobernabilidad que le permita cumplir sus proyectos, justamente por no tener control sobre algunas instituciones.

Por la continuidad en sus mandatos y por ciertas características políticas de las provincias, el radicalismo gobernó con una fuerte oposición en el Congreso, sobre todo en la Cámara de Senadores y en la gran mayoría de las gobernaciones provinciales. Por otra parte, la mayoría de la prensa se convirtió en la principal oposición, con una breve tregua durante la presidencia de Alvear, pero siempre golpeando a diario, primero a Yrigoyen, inclusive cuando no estuvo ejerciendo la presidencia y en el último período al propio sistema democrático, apoyando decididamente al golpe.

Las provincias se intentaron controlar por medio de las intervenciones federales, pero en el Congreso siempre fue minoría el radicalismo en el Senado, donde se trabaron leyes claves para el programa de la UCR como la cuestión del petróleo. El resguardo de la vigencia de la Constitución y la garantía de la libertad de prensa jugaron en contra de la gobernabilidad, ya que diarios y revistas aprovecharon estas garantías para generar un descontento en sectores de la sociedad que terminaron siendo indiferentes o apoyando decididamente al golpe de Estado.

De todas formas, ni la UCR como partido ni Yrigoyen como líder indiscutido de un sector de la ciudadanía que excedía al radicalismo, tenían la intención de grandes cambios sobre todo en el modelo económico agroexportador. Quiso avanzar en varias cuestiones como proyectos de colonización para intentar ampliar el sistema de propiedad de la tierra, pero en ningún momento pensó en una reforma agraria, por ejemplo, como se proyectaba en otros países del continente. También la nacionalización de servicios públicos como los ferrocarriles o una flota mercante. Y principalmente los frustrados proyectos de protección de los recursos naturales sobre todo el petróleo.

En cuanto a la política económica y al mundo del trabajo en su relación con el movimiento obrero, sendos capítulos de este libro los tratan con la profundidad necesaria.

Almanaque Histórico Argentino 1916-1930

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