Читать книгу Los Desafíos Jurídicos de la Transición Energética - Isabel González Ríos - Страница 39

IV. LA EVALUACIÓN DEL PANORAMA DE LAS INVERSIONES Y DE LAS NUEVAS PROYECCIONES PARA LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Оглавление

En el mundo moderno, la generación y distribución de energía es un tema central, indispensable para la estabilidad y seguridad de un país. Por esa razón, los Estados tienen un papel destacado en la regulación del mercado72. Este contexto genera una mayor sensibilidad de los Estados sobre el tema de las inversiones en las industrias de energía y recursos naturales.

Ha habido mucho debate en el Derecho Internacional de Inversiones con respecto al derecho de la regulación por parte de los Estados. El “derecho a regular” puede definirse como el derecho legítimo del Estado a promover políticas públicas respetando los compromisos internacionales asumidos en los tratados. Los intereses de los inversores y de los Estados hospederos parecen contrarios: a los primeros interesa garantizar la estabilidad y los lucros de sus inversiones; a los segundos es indispensable la garantía de regular sus políticas públicas, en el medio ambiente, salud pública y otras áreas73.

Por décadas, los inversores y los Estados hospederos han utilizado contratos a largo plazo para garantizar que el capital y la tecnología necesarios para el Desarrollo de esos recursos tengan una correcta dirección. Para el inversor, el objetivo central es repatriar capital y obtener una rentabilidad de acorde con la magnitud de su inversión y riesgo. Para el Estado, el objetivo es obtener su parte acordada de lo proyecto y también asegurar beneficios como la creación de empleos y transferencia de tecnología74.

Sin embargo, ya habíamos comentado como la actual transición energética exige esfuerzos en diferentes economías de todo el mundo y los impactos de la pandemia de COVID-19 y se temía un enfriamiento del debate internacional sobre este tema75. Analizando las perspectivas antes del COVID-19, había una expectativa de crecimiento de los proyectos renovables, con la inversión en aumento por quinto año consecutivo hasta 2019 en aproximadamente 310 mil millones de hogares76.

Al largo de 2020 los efectos generalizados y dramáticos de la pandemia de COVID-19 en las inversiones en el sector energético, con el registro por AIE de una reducción del 20% equivalente a 400 mil millones de dólares a nivel mundial en tres segmentos: (i) eficiencia energética; ii) sector de la electricidad; y iii) combustibles ha generado un temor de escasez77, que podría afectar la seguridad energética. Este escenario no se confirmó para las renovables en Brasil, ya que el sector entró en una ola de crecimiento78.

A pesar de los impactos del COVID-19 en la generación de electricidad con fuentes renovables, no afectaren directamente a la tarifa, que está garantizada en los contratos de compra y venta de energía a largo plazo, la principal preocupación es la retracción de las inversiones. La reducción de nuevos proyectos influiría, a su vez, en la capacidad de los Estados para cumplir el 7.° objetivo de la Agenda 2030 de la ONU, adoptada por la 69.ª Sesión de la Asamblea General en 2015, cuya meta n.° 2 establece que es necesario “aumentar sustancialmente la participación de las energías renovables en la matriz energética global”79.

Así, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) consideraba en su relatoría de 2020 que no sería posible garantizar en 2030, energía asequible, fiable, sostenible y moderna a toda la población mundial como parte del 7.° objetivo de la Agenda ONU, a menos que los esfuerzos se ampliasen significativamente. Con la pandemia de COVID-19, se estima que 620 millones de personas aún no tendrán acceso a servicios energéticos80 modernos. Hoy en día se puede añadir la percepción de la resiliencia efectivamente demostrada por el sector de energías renovables. Según el estudio de IRENA81, la transición energética puede impulsar la economía durante la fase de recuperación 2021-23 y crear una amplia gama de empleos. Las medidas de estímulo pueden acelerar las tendencias positivas en curso. En 2019, las energías renovables y otras tecnologías relacionadas con la transición atrajeron inversiones por valor de USD 824 mil millones. En la fase de recuperación 2021-2023, el análisis realizado en esta informe muestra que tales inversiones deberían más que duplicarse a casi USD 2 billones y luego continuar creciendo a un promedio anual de USD. La inversión institucional y los bonos verdes serán vitales, junto con programas dedicados al crédito, la inversión y la financiación. Por ahora, la pandemia parece haber agudizado el interés de los inversores en los activos sostenibles. 4,5 billones en la década hasta 2030. Los fondos gubernamentales pueden impulsar las inversiones privadas por un factor de 3-4 y deben utilizarse estratégicamente para impulsar las decisiones de inversión y la financiación en la dirección correcta.

Por último, cabe comentar que las medidas restrictivas impuestas por los gobiernos y la consiguiente reducción de la demanda energética contribuyeron a una menor incidencia de emisiones de gases de efecto invernadero, al menos un 8% inferior a la de 2019, lo que supone un volumen seis veces menor en comparación con la crisis financiera de 2008.82 Lo que es necesario añadir es la resiliencia demostrada por el sector de renovables.

La percepción de la AIE con respecto a este fenómeno, sin embargo, no fue inicialmente positiva. La historia de las crisis que afectaron al sector energético mostró que, incluso después de la reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, el escenario posterior a la crisis registró una mayor proporción de emisiones en la reanudación de las actividades económicas. Por lo tanto, la recuperación de la economía puede enmascarar los efectos positivos que anteriormente tenían un impacto en el medio ambiente, por lo que es aún más importante lidiar con las iniciativas gubernamentales en el escenario post-COVID-19.

Los nuevos datos de 2021 pueden mostrar una nueva perspectiva83: Las emisiones de dióxido de carbono se reducirán significativamente en todo el mundo, sobremodo al principio de la crisis. Aunque ya ha retomado sus índices habituales, tras la reanudación de las actividades comerciales y sociales en los países desarrollados84. Se puede entonces afirmar que nunca antes había existido una oportunidad para una mejor transición a la energía renovable85, se ha creado un entorno menos favorable para los combustibles fósiles. 86.

Este proceso termina acelerándose a medida que los países también incorporan la energía renovable en su mix de generación de energía. La tendencia a la baja en los precios y la rentabilidad de las fuentes tradicionales87 y la reducción de los costes de generación eléctrica a partir de fuentes renovables están dejando espacio para un escenario que podría favorecer y promover la inversión en fuentes de88 energía limpia, tanto a nivel global como regional.

Los Desafíos Jurídicos de la Transición Energética

Подняться наверх