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PAINLEVÉ CONTRA LANGEVIN

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Además de ser un célebre matemático, Painlevé había destacado en su carrera política como ministro de la Guerra y primer ministro de Francia. Siguió activo en política durante la mayor parte de su vida, tratando de contener en vano la depreciación del franco17. Remarcó muchas veces que admiraba a Einstein como colega y como persona, pero que no coincidía con su interpretación de la relatividad. «A propósito de Einstein, se atribuye a Painlevé el haber dicho que: “uno puede admirar la habilidad de un buceador, aunque no conceda ningún valor excepcional a las perlas que trae a la superficie”»18. Einstein respondió de forma similar, siendo gentil y, a la vez, crítico.

Al encuentro de París de 1921, celebrado entre Navidad y Año Nuevo, le sucedió el de la primavera siguiente, momento en que las alianzas y los argumentos volvieron a cambiar. Cuando el director de la Société française de philosophie supo que Einstein había aceptado la invitación de Langevin para charlar en el Collège de France, vio relucir una gran oportunidad para proseguir «el debate sobre las tendencias más recientes respecto de la teoría de la relatividad […] que se plantearon durante la extraordinaria sesión de Navidad», en que «nuestro colega y amigo Painlevé» desempeñó un papel considerable. Aunque Painlevé había impresionado muchísimo durante esa reunión invernal, la visita de Einstein consiguió revertir la situación. «La actitud que tiene uno aquí respecto a vuestras teorías ha cambiado completamente a cómo era antes», le explicó Maurice Solovine a su amigo Einstein unas semanas más tarde19.

Pese a que oficialmente era una reunión profesional de filósofos, el acto navideño en la Sorbona tuvo connotaciones políticas. Se planificó estratégicamente para reforzar los vínculos entre Francia y sus aliados. «Para el encuentro que se iba a celebrar en París en diciembre de 1921, no solo se enviaron invitaciones a sociedades inglesas y americanas, sino también a aquellas ubicadas en otros países que fueron aliados de Francia durante la guerra», explicó un cronista20. Painlevé, que entonces ya hacía las veces de matemático, político y filósofo al mismo tiempo, fue el artífice principal de enlazar los debates filosóficos de aquel día con los retos políticos existentes. Durante el discurso de clausura, aprovechó la ocasión para defender el rol de Francia durante la Gran Guerra. «La respuesta a estas expresiones de afecto y camaradería corrió a cargo de monsieur Painlevé, miembro del Instituto [Institute de France] y hábil orador». Painlevé quería la paz. «Ha hecho un alegato elocuente en favor del esfuerzo moral ante el reto de paz que afronta ahora el mundo, que es tanto o más imperativo que el esfuerzo militar durante la guerra»21.

Bergson, que había defendido el papel de Francia durante la Gran Guerra, apoyó estos esfuerzos de colaboración. Presidió la sesión vespertina y usó su fluidez en inglés para conectar con los participantes angloamericanos: «Como el público era abrumadoramente francés, Bergson les hizo un résumé de los postulados de cada ponente. Lo hizo con una sobriedad y una precisión que denotaban su dominio del inglés, idioma que habla desde que era niño»22. Bergson estuvo activo día y noche. «Acudió a algunos actos en sociedad y recibió en su casa a una serie de delegados»23. Einstein y Langevin, en cambio, fueron ardientes críticos de la situación política del momento y del papel de Francia y Alemania durante la guerra. Se aliaron para usar el viaje de Einstein a París como una oportunidad para diseminar sus opiniones.

Painlevé había publicado recientemente dos artículos relevantes sobre la teoría de la relatividad general en la prestigiosa Comptes rendus. Según uno de sus adeptos, en sus contribuciones aceptaba todos los resultados de la teoría de la relatividad, pero les daba otra interpretación: «Painlevé (1921) ha presentado fórmulas alternativas de la teoría de la relatividad que concuerdan con las de Einstein en esas porciones que se pueden comprobar mediante la observación, pero que discrepan por completo con ellas». Su reinterpretación podía acarrear grandes consecuencias, incluso la de reducir a Einstein a una moda: «Si las premisas de Painlevé se sostienen, la preferencia de los físicos matemáticos por la geometría de Riemann podría ser una simple fase pasajera»24. Las matemáticas desarrolladas por Bernhard Riemann eran útiles para estudiar el tiempo en términos de cuatro dimensiones y eran esenciales para la teoría general de Einstein. Pero tal vez Painlevé podría ahorrar a los físicos el esfuerzo de tener que ser expertos en el tema.

Cuando Einstein llegó por fin a París, Painlevé volvió a desempeñar un papel importante. Intervino antes de la reyerta del alemán con Bergson y, después, durante el debate en sí. En ese momento, Painlevé estaba muy metido en política: lideraba un partido político y un movimiento social cristiano de izquierdas (la Ligue de la République) y estaba organizando una alianza entre los socialistas radicales (el Cartel des gauches) y el movimiento obrero internacional25. Por esta ocasión especial —y «para enorme regocijo de sus amigos»—, se le vio «abandonar la política durante unas horas» para debatir sobre la teoría de la relatividad26.

El físico y el filósofo

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