Читать книгу La sombra del General - Leonardo Killian - Страница 13
ОглавлениеTOMA 8
El día que cumplió quince años, se levantó y se fue para la cocina donde la vieja lo esperaba con el café con leche. Esta vez había una tortita de ricota y un beso de la gallega. Nada más. El padre nunca le había regalado nada y jamás se acordaba de su cumpleaños. La madre no se atrevía a comprarle algo por miedo a una reprimenda que podía terminar en más golpes.
Cuando volvió de la escuela por la tarde, lo esperaba el tío Mario. El único familiar que los visitaba y el único que recordaba las fechas para traer algún regalo. Era un sobre pequeño con un moño muy elegante. Lo abrió y trató que la cara no delatara su decepción. Era una traba corbatas de oro.
Sonrió lo mejor que pudo y le dio un beso al tío que irradiaba felicidad.
—Fijate que le hice grabar tus iniciales.
Dejó pasar unas semanas y se fue para la calle Libertad a hacerlo guita. Con lo que le dieron, que era el mejor precio que pudo sacar después de mucho consultar, se fue a verlo al Turco que, desde hacía un tiempo, le tenía prometido una Smith & Wesson 38 con una cajita de veinte balas. Las conseguía por el viejo, que era un sirio que compraba y vendía todo lo que le pedían.
—La sobaquera te la regalo —le dijo el Turco—. Pero ojo con que se entere mi viejo porque me mata. Le dije que era para un paisano que tenía líos con los judíos. Cuando quieras, nos vamos a la casita del Tigre así la probás.
La escondía en un falso libro al que le había dejado las tapas. En las rarísimas ocasiones en que los viejos salían, la sacaba, le pasaba una franela, la cargaba y con la sobaquera se medía frente al espejo grande. Era su orgullo.