Читать книгу La sombra del General - Leonardo Killian - Страница 7

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TOMA 2

Estuvo más de una semana tratando de conseguir dónde escribirla.

Al final se decidió por la Underwood de la casa de Silvio.

Con la excusa de escribir un poemita la sacó de un tirón.

—No miren che, que es una carta de amor.

—¿Vos enamorado…? ¿De quién… de Mussolini? —lo cargaban.

Se bancó las bromas de los pibes y se llevó la hoja que metió en un sobre.

A la medianoche del viernes en la esquina de Gaona y Cucha Cucha no había ni un alma.

El colegio era un castillo gótico, triste y vacío. El sobre de correo se deslizó debajo de la puerta como un ladrón.

Miró hacia los costados y se fue caminando para San Martín con las manos en los bolsillos del gabán y el 38 que le había comprado al Turco.

Ya en el 105 se sintió otro ¿Qué cara pondrían el lunes esos hijos de puta?

Repasó cada detalle, cada palabra que usaría cuando, en la reunión del sábado en el local, les contara a los muchachos.

Se había hecho expulsar para demostrarles a los jefes quién era y de qué madera estaba hecho. Le había roto la nariz al infeliz de Falcón y eso lo convertía en un héroe de la causa nacional.

Volvió a palpar la Smith & Wesson y la sintió tibia. En el otro bolsillo, la navaja del tío Mario completaba su arsenal de legionario.

La sombra del General

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