Читать книгу La sombra del General - Leonardo Killian - Страница 23

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TOMA 18

El pasillo parecía interminable. El médico les hizo señas y se acercaron

—Señora, el cuadro es muy severo. Tendría que haber venido hace tiempo, cuando empezaron los síntomas. No vamos a poder hacer mucho. Le podemos mitigar el dolor, pero la enfermedad está muy avanzada y no creo que supere el año de vida —dijo con crudeza académica.

Le dio la mano y agregó mirándolos con fingida tristeza.

—Lo siento mucho.

Caminaron hacia la salida y sin decir nada la tomó del brazo. Temblaba. Las dos cuadras hasta el subte le parecieron kilómetros. La madre estaba aturdida. Hablaba sola.

—¿Por qué? ¿Por qué nunca nos dijo nada? ¡Qué hombre cabeza dura! ¿Vos qué pensás?

Pensaba en la salida al Tigre con los muchachos el fin de semana. “Ojalá que no se muriera el viernes”, eso pensaba.

La sombra del General

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