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TOMA 4

Copió prolijamente en la libreta donde anotaba de todo un poco, horarios, frases, pensamientos. Una especie de diario y ayuda memoria:

Unamuno, que había estado tomando apuntes, se puso de pie y pronunció un apasionado discurso. “Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero, no, la nuestra es sólo una guerra incivil. Vencer no es convencer, y hay que convencer…”

Millán Astray, flanqueado por sus legionarios armados con metralletas empezó a gritar: “¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?”. Su escolta presentó armas y alguien del público gritó: “¡Viva la muerte!” Entonces Millán aulló: “¡Cataluña y el País Vasco, ¡el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!”. Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando se cuadró mientras se oían gritos de “¡Viva España!”. Se produjo un silencio mortal y unas miradas angustiadas se volvieron hacia Unamuno. “Acabo de oír el grito necrófilo de “¡Viva la muerte!”. Esto me suena lo mismo que “¡Muera la vida!”.

Tenía grabado a fuego ese grito que anotó y subrayó: “¡Viva la muerte! Sí, viva la muerte del verdugo hijo de puta de mi padre”. El manco tenía razón.

¡Viva la muerte de los judíos!

¡Viva la muerte de los yankis!

¡Viva la muerte de los maricones y de los bufarrones!

¡Viva la muerte de los bolches y los cagones de los liberales!

¡Vivan los legionarios nacionales de Tacuara!

Con el correaje que había sido de las épocas de policía de su padre, se paró frente al espejo con el brazo derecho extendido, orgulloso y marcial. De seguro, José Antonio lo miraría desde algún lugar del cielo…

—Soy un legionario, soy el novio de la muerte…

La madre interrumpió el monólogo abriendo la puerta trayendo una bandejita con la leche y galletitas. Se la cerró en la cara con una mezcla de vergüenza y odio.

—Boluda, hay que golpear antes de entrar…

La sombra del General

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