Читать книгу Fidel Castro - Loris Zanatta - Страница 46

18. San Matthews

Оглавление

Fidel se salvó huyendo por los campos. Años después, dijo que apenas tras el desembarco “no hubo un minuto de tregua” en la “guerra a muerte” contra la tiranía. Pero el inicio de la guerra fue poca cosa: eran un puñado de hombres. Guevara se lamentaba de la inactividad.69

La primera Navidad de Fidel en Cuba fue sangrienta, pero no para él: la guerra contra Batista era en La Habana. Los estudiantes lanzaron bombas, la policía disparó. Los partidos, impotentes, condenaron. De su guerra campesina no había rastros. Debía ambientarse en la Sierra: para lograrlo se valió de lo que había: figuras populares, a veces turbias por sus antecedentes criminales. Después debía reforzarse y dar un golpe: atormentó a los compañeros de la ciudad con pedidos de hombres y ayuda.70

¿Cómo imponerse en el centro de la escena? ¿Cómo convencer a los cubanos y al mundo que le prestaran atención? Si la guerra era moral más que militar, pensó Fidel, un golpe teatral habría surtido más efecto que mil bombas. Tenía fe en la causa y la fe mueve montañas. La percepción de la realidad contaba más que la propia realidad: hacía falta un periodista famoso que fuera a la Sierra a entrevistarlo.71

La ocasión no se hizo esperar: ¿había algo más goloso para la opinión pública estadounidense que la historia de un revolucionario latino que desafiaba a una brutal dictadura? El New York Times envió a Cuba a Herbert Matthews: fue él quien “descubrió” a Fidel. Sus artículos cambiaron el curso de la revolución: generaron simpatía hacia Fidel en los Estados Unidos e informaron a la isla, donde la prensa pudo reproducir fragmentos.

Matthews fue una mano santa: no sólo porque le dio un peso que entonces no tenía sino además porque acreditó su idealismo democrático. Fidel lo convirtió, como convirtió a tantos otros. No se limitó a decir al mundo aquello que Fidel quería que dijera, además se tornó activista de su causa en el Departamento de Estado y en la prensa estadounidense, que trató a Fidel como a Robin Hood. Matthews pintó a Cuba como a él se la había pintado Fidel: él contra Batista, borró a todo otro actor, ahuyentó sospechas, convenció a los burgueses a volcar óbolos en las cajas del M26.72

Fidel Castro

Подняться наверх