Читать книгу Globalización y digitalización del mercado de trabajo: propuestas para un empleo sostenible y decente - Lourdes Mella Méndez - Страница 16
I. LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO EN LA ECONOMÍA VIRTUAL 1. INTRODUCCIÓN: UNA VUELTA DE TUERCA EN LAS TRANSFORMACIONES DEL TRABAJO
ОглавлениеEl desarrollo de un nuevo sistema de producción, a partir de las posibilidades brindadas por las tecnologías informáticas, dio lugar en la segunda mitad del siglo pasado a cambios que hoy todos conocemos: empresa sutil o magra, externalización de actividades que antes se desarrollaban al interno de la empresa; teletrabajo y teledisponibilidad, incremento del trabajo autónomo económicamente dependiente en el marco de una economía a escala global.
Un aspecto común marca a toda nueva tecnología, desde las más antiguas hasta las aplicaciones contemporáneas: aquellas modifican la estructura del mercado laboral, destruyendo empleos ligados a las tecnologías anteriores y creando nuevas ocupaciones.
Como expresa MELAMED, “no tenemos la certeza de cuáles trabajos van a ser sustituidos, pero es razonable que quienes vean amenazados su manutención y la actividad laboral que desarrollaron gran parte de sus vidas reaccionen e intenten preservar el statu quo. Pero el futuro es indefectible, como lo fue para los angustiados fabricantes de velas cuando apareció la luz eléctrica”1.
Como expresa HARARI, la capacidad hacedora del hombre siempre estuvo ligada a dos factores: la fuerza y los conocimientos (es decir, el saber). Hasta ahora, la evolución de las tecnologías permitió que el hombre pudiera producir más con menor empleo de fuerza. Pero en todas las épocas, las diversas tecnologías siempre fueron dominadas por la mente humana. Hoy, la revolución tecnológica está marcada por el advenimiento de la inteligencia artificial: ese es el gran miedo y desafío2.
¿Por qué –se pregunta el autor– los cocheros (aquellos conductores de carros a caballo) del siglo XIX no tuvieron problemas en transformarse en chóferes de automóviles, cuando los carros fueron sustituidos por los vehículos a motor? ¿Por qué los actuales chóferes de taxi no podrán transformarse con las nuevas tecnologías en futuros conductores de drones, cuando no existirán más autos que necesiten de choferes? La contestación para YUVAL es clara: no fue especialmente difícil para los conductores de coches a caballo recualificarse en conductores de taxis; pero el problema que hoy se plantea es que los nuevos empleos exigirán un gran nivel de pericia y, por tanto, no resolverán los problemas de los trabajadores no cualificados sin empleo. Las tecnologías del siglo XXI expulsarán a los choferes de taxis, como las del siglo XX expulsaron a los caballos de los carros3.
También es cierto que la cuestión es central en los debates del Derecho del Trabajo, porque los nuevos modos de producción apuntan a una nueva deslaboralización de la relación laboral, con la finalidad de bajar costos y aumentar la competitividad. Aunque ese no sea el único propósito de las transformaciones productivas, no es menos cierto que la bajada de costos (y tutelas) laborales sigue siendo un importante objetivo de la nueva organización del trabajo.
Aunque tarde, el Derecho del Trabajo reaccionó (entre finales del siglo XX y comienzos del XXI) ante el fenómeno de la empresa de tipo satelital. Su acción no fue vana: la solución en los diversos países no fue la de “desarmar” la nueva morfología empresarial, sino establecer una cadena de responsabilidad solidaria entre todos los sujetos que organizaran o coorganizaran trabajo subordinado. Por vía legal o por interpretación jurisprudencial se establecieron así lazos de garantías entre empresas en los casos de subcontratación, intermediación, suministro de mano de obra, conjuntos económicos, etc., reforzando el cumplimiento de los compromisos laborales con relación al sujeto trabajador4.
Hoy5 asistimos a avances prodigiosos de técnicas y tecnología, que dan una vuelta de tuerca más a la transformación de la empresa. No solo se da cuenta de nuevas realidades, sino que la propia empresa –como en un acto de magia extraordinario– desaparece, se volatiliza, pierde dimensiones físicas y humanas. La empresa se vuelve una interminable secuencia de algoritmos, con los que nos interrelacionamos en el inasible mundo virtual.