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XI.

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Los campos, las montañas y los horizontes desaparecieron instantáneamente, y sólo quedó ante Abu-Kalek, un patio magnífico, cuyas galerías estaban sostenidas por arcos calados y delgadas columnas de alabastro; en el sitio donde habia fijado su arco, habia aparecido una fuente maravillosa sostenida por doce leones de piedra.

Entre los arcos vagaban esclavos etíopes de negro rostro y miradas feroces, cubiertos de fuertes armaduras y con largas picas en las manos; á las puertas de los retretes, blancos y hermosos mancebos asiáticos, ostentaban sus galas de púrpura y brocado; cantaban pintados pájaros en doradas jaulas de filigrana colgadas de las cúpulas, y el ambiente estaba embalsamado por el blanco humo de los perfumes que se quemaban en braserillos de oro; y los feroces guardas y los bellos esclavos, tenian fija en el Almorabhid su mirada, como el perro inmóvil que espera una seña de su amo para correr al sitio que le señale.

—¡El patio de los Leones! gritó Abu-Kalek, creyéndose aún entregado á un hermoso ensueño; ¡la sala de las Dos Hermanas! ¡El retrete de Lindaraja! ¡La Alhambra!

Y el anciano Almorabhid corria delirante por aquellos admirables retretes, reconociendo cada uno de sus recónditos sitios, gozando con cada uno de los labrados alhamís que encontraba por do quiera. Y vió aposentos embaldosados de mármoles más blancos y tersos que el marfil, con paredes adornadas de exquisita y menuda labor, con cúpulas doradas y matizadas de estrellas, como el cielo de una noche tranquila.

—¡La Alhambra! gritó entregado al frenesí de su alegría; ¡la Alhambra, no como ahora profanada por la planta del ambicioso y pérfido nazareno, sino la Alhambra como en tiempos de mis padres, fresca y sonora con el murmurio de sus fuentes y el canto de sus aves! ¡La Alhambra de Boabdil y de Muza-aben-Abil-Gazan! ¡El alcázar de las zambras, el libro de oro donde está escrita en caractéres de nácar la palabra de Dios! ¡La Alhambra! ¡La Alhambra! ¡La Alhambra!

Y lloraba como una mujer, y corria como un niño, y reia como un loco.

Historia de los siete murciélagos, leyenda árabe

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