Читать книгу Historia de los siete murciélagos, leyenda árabe - Manuel Fernández y González - Страница 6

III.

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Eran las huríes Fayzuly y Rhadhyah; el que todo lo puede las habia dotado de una hermosura maravillosa; Fayzuly era blanca como la espuma de las cataratas del Nilo, y sus ojos y sus cabellos, negros como el fondo de las grutas del Hedjaz; su hermana Rhadhyah era morena como el sol y sus ojos brillaban con un fuego deslumbrador: llevaban ceñidas las frentes con guirnaldas de rosas blancas cogidas en el jardin de Hiram, y unas flotantes y blanquísimas túnicas de lino, trasparentaban las formas más hermosas que Allah en sus bondades concedió á una mujer.

Aben-Zohayr olvidó como por encanto su derrota y miró embelesado á las dos huríes. Oh, Santo Allah, dijo, si me concedieras el amor de la hurí blanca de los ojos negros, yo te sacrificaria cien corderos en la fiesta de Ayd-al-korban![2]. ¡Oh señor Allah, qué poderoso y qué grande eres!

El enamorado Zohayr calló para escuchar lo que hablaban las huríes: Fayzuly decia á su hermana con una voz más dulce que los trinos del ruiseñor:

—He visto mi porvenir, hermana mia; me amará el hijo de una hurí y de un rey, pero antes tendré que combatir con el mal espíritu que me entregará á un encantador; pero mi amado me salvará y vendrá conmigo á nuestros alcázares del aire y á nuestros jardines de los lagos.

—Y yo, dijo Rhadhyah, amaré á un creyente que será rey y perderá su reino é irá á morir al Mogrhebeb[3]; yo le seguiré al Edem; pero faltan aún ochocientos ochenta años.

—Novecientos esperaré yo á mi amado, contestó Fayzuly.

—¡Oh poderoso Profeta! exclamó Aben-Zohayr; ¿quiénes son estas doncellas que así esperan con los siglos su amor, que hablan de sus alcázares del aire y de sus jardines de los lagos? ¡Oh magnífico Allah! ¡concédeme el amor de la doncella blanca de los ojos negros!

Historia de los siete murciélagos, leyenda árabe

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