Читать книгу Técnicas de innovación docente en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social - María Elisa Cuadros Garrido - Страница 14
2. LA IMPORTANCIA DE LA PLANIFICACIÓN: EL PAPEL DEL AULA VIRTUAL
ОглавлениеEl instrumento fundamental para el diseño del proceso de enseñanza era, en los últimos años, la guía docente. Heredera del clásico programa grapado que no conoció mutación en el siglo XX, en ella se recogía el catálogo de actividades que los estudiantes debían realizar, desglosadas para cada tema e identificadas desde el inicio del curso. De esta manera se fijaban las reglas del juego, permitiendo a los estudiantes hacer su propia composición de lugar frente a las actividades a las que habrían de enfrentarse. El desarrollo de las aulas virtuales permite ahora el establecimiento de un calendario mucho más preciso, sin perjuicio de la supervivencia de la guía docente en PDF como elemento formal de planificación.
La transparencia es el primer elemento esencial. Los estudiantes deben conocer cómo van a ser evaluados y han de recibir las correcciones de dichas tareas en un plazo razonable. La identificación entre su esfuerzo y su plasmación en resultados, por elemental que parezca, es el motor que alimenta la participación en clase y el sistema de evaluación continua. El aula virtual debe estar lista el primer día de docencia, sin perjuicio del acceso secuencial a determinados de sus contenidos. El estudiante debe percibir que se enfrenta a una asignatura diseñada hasta su último detalle, donde nada se ha dejado a la improvisación.
Es cierto que ninguna planificación docente resiste en su integridad al contacto con los estudiantes. Pero si ha sido realizada con el debido detalle, será fácilmente adaptable, actuando, en las palabras de Moltke el Viejo, como “un sistema de expedientes” de innegable utilidad.
En 2008, era posible afirmar que “si bien las nuevas tecnologías ofrecen una herramienta imprescindible para la enseñanza del Derecho, el papel central ha de seguir correspondiendo a las sesiones presenciales”7. La evolución de las plataformas docentes en poco más de una década no ha hecho sino aumentar la importancia de la tecnología y alterar ese equilibrio, una situación multiplicada por la pandemia de la COVID-19, que ha sacudido toda la sociedad y también el sistema educativo.
El elemento tecnológico es en este momento el cooperador necesario de la clase presencial en una doble vertiente: permite sustituir herramientas que ya existían por otras más económicas o ecológicas; y ofrece recursos que hasta ahora no estaban disponibles, como son los foros públicos para inscripciones, las autoevaluaciones, el seguimiento personalizado de las propias calificaciones o la comunicación asincrónica con el profesor.
Entre las funciones del campus virtual ha de contarse su uso como repositorio de materiales, en primer lugar, tanto de textos normativos o jurisprudenciales como de powerpoints que orienten y organicen la explicación. La segunda función esencial del aula virtual es la canalización de las actividades interactivas, de forma exclusiva. El trabajo autónomo de los estudiantes se ha de diseñar a través de esta herramienta. De esta manera se consiguen varios objetivos: queda constancia fehaciente de la entrega de las prácticas; se familiariza a los estudiantes con la inexorabilidad de los plazos procesales; se logra un considerable ahorro en papel y recursos.
La continuidad en la docencia de una misma asignatura, o en asignaturas complementarias, durante varios cursos permite la acumulación de esfuerzos en este sentido. Cada año, pequeños detalles pueden ir siendo pulidos y el conjunto mejorado. Los artículos de prensa, las ilustraciones, los vídeos enlazados, etc., son materiales que sobreviven bien al cambio de curso y van creando un fondo documental. Parafraseando a G. Dasent, los huesos de diversos años van engordando el caldo. De la misma manera, las preguntas de las autoevaluaciones se incrementan cada año hasta generar una reserva de preguntas que permite elaborar las pruebas de autoevaluación con garantías reforzadas de que no habrá copia.
En todo caso, la evaluación continua es ventajosa para quien desea implicarse en la asignatura y va a participar en ella regularmente. Estos mecanismos son aprovechados por los estudiantes que asisten a las clases, intervienen en ellas y muestran una disposición a implicarse en las novedades didácticas. El perfil del estudiante receptivo frente a la evaluación continua, que espera algo más que el mero copiado automático de apuntes dictados por el profesor, obtendrá beneficios de estas herramientas. El estudiante rémora que confía en sus habilidades memorísticas puestas en práctica en la semana anterior al examen las considerará un mero capricho de los profesores.
El sistema diseñado ha de respetar, por último, la posibilidad de aprobar sin asistencia alguna a clase, a través del examen final, al que también habrán de concurrir en su segunda oportunidad quienes fracasen en la evaluación continua. Nunca han faltado las vocaciones de mártir.