Читать книгу Mal de muchas - Marcela Alluz - Страница 25
ОглавлениеYa lo he dicho otras veces, yo muero por la boca. Fijada en la oralidad, mi lengua anda más rápido que mis pensamientos y se va sola, abriendo caminos y anticipándose a lo que ni yo misma sabía que tenía adentro del alma. No es que hable sin pensar, no, pero hay un canal que va directo sorteándome la razón, y expresa eso, que se me ovilla en un lugar del cuerpo. Tengo la lengua descosida a mordiscones, literalmente. Es mi órgano más maltrecho, más autónomo, más maldito. Hablando me he oído decir verdades que no sabía y mentiras que jamás hubiera inventado. Toda la vida me cabe en la boca y sigo como un lactante conociendo el mundo a través de ella. La lengua hoy es la punta de mi dedo índice, que con el paladar de las yemas recorre las teclas para saber qué fue de él.