Читать книгу Mal de muchas - Marcela Alluz - Страница 28

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Y ahora, una eternidad después, dice que nos juntemos. Así, de una, sin haber vuelto a hablar desde hace tantos años. Bueno, le digo, primero porque no sé decir que no, segundo porque vive a mil kilómetros. Entro a su muro. Lo miro. Lo reconozco. Pero pienso, Y si se convirtió en un pelotudo. Lo leo. No tiene posteos de mascotas ni de autos. Es jugado políticamente y tiene buenas poesías. No se ha vuelto un burgués. Tiene barba y los ojos intactos. Su presentación de Face es: La patria es el otro. Le pregunto, No tenés miedo de verme y desilusionarte. Es una pregunta osada porque la respuesta define si se ha transformado en lo que temo. Vale la pena, contesta, tenés la misma mirada. Listo. Vuelvo a tener catorce años y desde esa edad me digo, Dale.


Mal de muchas

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