Читать книгу Ars docendi - Markus Daniel Meier - Страница 10
C. LÍMITES DE LA DIDÁCTICA: ILUSIONES PEDAGÓGICAS DE VISIÓN GENERAL Y ORDEN EN EL CAOS
ОглавлениеEs pertinente hacer una advertencia aquí: la enseñanza universitaria cotidiana, pero también su reflexión científica, debe ser consciente de sus limitaciones para evitar que las antiguas deficiencias por falta de experticia se reemplacen con nuevas imposibilidades, imposiciones y subtextos mito-educativos.
Los órdenes jurídicos son polifónicos y complejos, formados de manera histórica, democrática e internacional, a menudo contradictorios, fragmentos sin unidad interna real, torsos, que son llevados solamente “en su realización a una cierta armonía e integridad relativa. (...) Como resultado, el sistema legal puede a menudo ser más bien llamado un lío legal”3. El pedagogo jurídico alemán F. Reimer (*1971) compara por eso a los abogados con un pianista que llega al podio, encuentra una hoja medio vacía de la música y con la mano izquierda improvisa Bach y con la mano derecha improvisa Chopin, y lo ejecuta de manera tan convincente que el público no advierte ninguna inconsistencia. Este riesgo también existe para la didáctica jurídica: crear ilusiones de una visión general pedagogizada, sugerir el orden de un “mundo legal perfecto y armonioso” a los estudiantes, mientras en la realidad prevalecen las contradicciones, los puntos de vista conflictivos y los compromisos históricos cuestionables, preguntas abiertas e incluso, a veces, luchas ideológicas y animosidades idiosincráticas. Los profesores harían bien en explorar los límites de su materia y por lo tanto de su horizonte de representación y, cuando sea necesario, indicárselo claramente a los estudiantes. Esto es especialmente cierto en el contexto de la tendencia de los poderes legale s aexpandirse hacia un diseño político activo, no solo a la lucha contra las malas acciones.
Los límites externos del sistema universitario no son idénticos con lo que puede conocerse, ni tampoco marcan los límites claros de lo que puede o podría producirse en el futuro como conocimiento.
La habitualización, la institucionalización y la documentación (están) siempre dirigidas a preservar y acostumbrar el cono cimiento, nunca al cambio o incluso a la inestabilidad. Por lo tanto, no es sorprendente que el conocimiento reproductivo haya recibido la más alta prioridad en nuestro sistema educativo en comparación con otros conceptos de conocimiento: el contenido simbólico de los certificados y calificaciones como documentos refuerza esta tendencia. Sabes lo que tienes cuando sabes lo que tienes que saber. Este mecanismo será reforzado y legitimado por procedimientos apropiados en el mercado de intercambio educativo4.
El mundo artificial de la universidad, con su lejanía de las experiencias reales; el rígido ritmo del tiempo en semestres, semanas y horas; sus sistemas de enseñanza de asignaturas altamente diferenciados, pero también la abundancia de la materia (aparentemente) cada vez mayor y la explosión de su disponibilidad a través de internet y teléfonos inteligentes, siempre debe tener en cuenta sus fronteras externas para no caer en una falsa “unidad de doctrina” que ni en la teoría ni en la práctica existe, y que no puede ni debe existir, siempre que la libertad de pensamiento sobre el dogmatismo académico y la curiosidad humana estén por encima de la terquedad institucionalizada.
El gran poeta alemán Heinrich Heine, en un poema famoso, formuló de manera inimitable este punto en pocas palabras:
¡Qué fragmentarios el mundo y la vida!
He de consultar a un profesor alemán
Que sepa recomponer la existencia
Haciendo de ella un sistema racional.
Con su gorro de noche y su bata andrajosa
tapará las grietas del universo5.