Читать книгу Ars docendi - Markus Daniel Meier - Страница 8
1. ¿POR QUÉ DIDÁCTICA UNIVERSITARIA? A. CREENCIAS ERRÓNEAS – EN LUGAR DE UN PRÓLOGO
ОглавлениеEstimado lector, estimada lectora:
Está usted leyendo las primeras páginas de un nuevo libro para fortalecer la enseñanza académica. Enseñar es un arte, algo que se puede adquirir y perfeccionar para volverse un maestro en su enseñanza. Ars docendi es la expresión en latín del “arte de enseñar”. Al pensar en ello, las siguientes ideas podrían pasar por su cabeza:
1.Enseñanza universitaria, bueno, para eso se tiene el talento o no se lo tiene, se puede o no se puede. No es posible “enseñar a enseñar”, esto ocurre intuitivamente. Este es también un asunto que está estrechamente relacionado con la personalidad. No hay mucho que cambiar, y menos a mi edad; además, me va bastante bien.
2.Dios mío, ¿y ahora también lidiar con la didáctica? Tengo suficiente literatura científica que leer, tareas que corregir, además de mi práctica profesional, y esto sin mencionar la familia y mis hobbies; simplemente no hay tiempo para todo esto.
3.Claro, hay situaciones en las cuales me siento inseguro y sobrecargado, pero ¿qué pasa si los demás se dan cuenta de que estoy buscando ayuda para profesionalizar mi didáctica? La vida no es un parque de diversiones y la competencia no duerme, mejor dejemos las cosas como están.
4.Además, hoy en día los estudiantes ya no son como solían ser, respetuosos, disciplinados y motivados a aprender; ahora son mimados, a menudo perezosos y exigentes, poco resilientes y a veces escandalosos. Si llego a clase con esos juegos metódicos y didácticos, las cosas empeorarán.
5.¿Y didáctica? Todo va bien, pero en última instancia lo importante es que los estudiantes aprendan los conceptos y pasen su examen, y en ese momento nadie me preguntará si usé alguna didáctica divertida; bueno, en mi materia nadie me refuta. Y cómo configurar un proyector y sostener el marcador para que no chirríe contra la pizarra: no necesito un libro para eso.
6.En general, como estudiante tuve tantos maestros y profesores que eso fue suficiente para mostrarme qué hacer y qué no hacer, eso fue suficiente para la vida. He formado mi estilo a partir de mis modelos positivos y negativos, y aunque no es perfecto, al menos es el mío. Nobody is perfect.
Todas esas ideas con las que podría haberse identificado no son del todo incorrectas, y por lo tanto no del todo correctas. Y eso nos pone frente al tema de que las propias experiencias y convicciones, el talento, el interés y la inclinación son fundamentales para el desarrollo de una personalidad docente motivadora, inspiradora y a veces fascinante. Pero estas experiencias y creencias son solo la base de una personalidad docente convincente. Las experiencias y convicciones positivas pueden desarrollarse, pueden y deben ser reflejadas y cuestionadas, complementadas y expandidas; pero experiencias y creencias negativas también pueden obstaculizar el crecimiento y la maduración de la propia personalidad del docente, en la mayoría de los casos inconscientemente, y luego, podrían y deberían reflejarse y cuestionarse, reducirse y reemplazarse. Cada profesor, independientemente de su edad, sexo, origen, grupo étnico, idioma, etc., utiliza una didáctica tan pronto como se prepara para presentarse frente a su clase, y solo el grado de reflexión y profesionalidad la distingue de otras didácticas.
La calidad de la enseñanza (no es) un rasgo inmutable de la personalidad del maestro (...). Más bien, la competencia de una enseñanza eficaz es una habilidad compleja en la que uno se convierte en un experto de la misma manera que en el caso de otras habilidades complejas (...): a través de muchos años de práctica continua, a través de la retroalimentación regular y a través del trabajo dirigido a mejorar las propias debilidades (...). En el transcurso de este proceso los profesores adquieran los llamados conocimientos profesionales. (...) Este conocimiento influencia, impartido a través del diseño de la enseñanza, las estrategias de aprendizaje de los estudiantes (...), que a su vez están relacionadas con el éxito del aprendizaje2.
La profesionalización de la didáctica universitaria ya está firmemente institucionalizada en Estados Unidos, en Europa está casi al mismo nivel y América Latina ahora reduce la brecha. El derecho trabaja, por ejemplo, con disciplinas de referencia interdisciplinarias en sociología, psicología, ciencias políticas, historia, filosofía, filología, lógica, informática y matemática, pero también economía, ecología y ciencias de la computación. Por lo tanto, debido a la lógica de la diferenciación de sistemas (de enseñanza), la jurisprudencia también se relaciona con los campos de la didáctica, la metodología y la pedagogía, pero igualmente con la retórica, la antropología y las ciencias de la comunicación. El lamentablemente poco conocido autor alemán Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) lo expresó apropiadamente en su aforismo:
Quien solo conoce su oficio, ni siquiera eso conoce.
Sigue en pie la pregunta sobre la importancia de la buena enseñanza en una carrera docente universitaria que se centre claramente en la investigación y las publicaciones, las cuales requieren mucho tiempo de dedicación y son los indicadores clave para el éxito profesional y el avance de la carrera. El didáctico universitario alemán Peter Dyrchs (*1941) cuenta una pequeña parábola:
Durante su viaje a través del Atlántico hacia lo desconocido, hacia la India, Cristóbal Colón y su equipo cayeron en un lugar en el cual no había viento, nada se movía. ¿Qué hacer? Para evitar una hambruna amenazante, Colón hizo remar a la tripulación. Sudando y maldiciendo, sus hombres se pusieron en sus remos y el barco fue avanzando metro por metro, pero sin cambiar mucho la situación. De repente, Colón sintió una brisa fresca alrededor de la nariz y gritó: “¡Zarpen! ¡El viento sopla!”. Los hombres dijeron: “¡No hay tiempo! ¡Tenemos que remar!”.
En este sentido: ¡icemos las velas y zarpemos!