Читать книгу La vida me debe una vida contigo - MJ Brown - Страница 25
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Vicky
Después de cenar, me preparo una taza de té, me lio un cigarrillo y salgo al porche. Me siento en uno de los peldaños, bebo un sorbo y doy una calada, cierro los ojos y levanto mi cabeza al cielo en un intento de dejar mi mente en blanco y no pensar en nada. En nada.
—Me alegro de tenerte unos días en casa —dice mi padre, sentándose a mi lado. Doy un respingo, estaba tan concentrada en buscar la tranquilidad que no he sido consciente de que mi padre se acercaba hasta mí.
—Yo también, papá —le digo apoyando mi cabeza en su hombro. Doy una calada a mi cigarrillo.
—¿Desde cuándo fumas? —me pregunta sorprendido y algo enfadado. La verdad es que yo tampoco sé desde cuando fumo. Bueno, sí lo sé, fue hace dos años cuando mi vida se desmoronó y por inercia compré un paquete de tabaco al salir del hospital, como si en ese paquete de cigarrillos fuera a encontrar consuelo, desde entonces no he dejado de hacerlo.
—No fumo. No me trago el humo, me limito a expulsarlo por la boca. Me relaja —me defiendo ante mi padre. Es cierto que no me trago el humo, pero la sensación de tener algo entre mis manos me alivia, sé que no es la mejor manera de afrontar los problemas, pero tantas veces erramos en la forma de encararlos, que esta simplemente, es una más.
—Victoria, cariño. Sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa. ¿Está todo bien?
Me llevo la taza, de manera lenta, hasta los labios y bebo un poco de té antes de responder, mirando a mi padre por encima de ella.
—Sí. ¿Por qué no iba a estarlo?
—Estas un tanto extraña.
—He discutido con Vega. Eso es todo. Pero mañana lo solucionaré. Hoy estoy cansada. Quiero irme pronto a la cama.
—¿Has… has… has hablado con Vega? —pregunta mi padre ¿nervioso?
—Sí… —giro mi cara para mirar a mi padre arrugando la frente.
—¿Yyyyyy? —pregunta.
—¿Y? ¿Qué? —pregunto extrañada.
—Hemos hablado sobre mi vestido de novia. No le gusta y, bueno…, además me ha dicho algunas cosas que no me han gustado. Nada más. —No quiero hablar otra vez de mi conversación con ella.
Escucho a mi padre soltar todo el aire que ha retenido en sus pulmones. Es como si así estuviera liberando una sensación de ahogo.
—¿Hay algo que quieras contarme? —pregunto alzando mis cejas. Después de mi madre, soy la persona que mejor conoce a mi padre y sé que tiene algo que decirme, pero tal vez no encuentra las palabras exactas, o quizás aún no sea el momento. Yo qué sé.
Observo como mesa su pelo una y otra vez. Ese gesto termina por delatarle. Está nervioso por algo. Y ese algo me incumbe, estoy segura. Muy segura.
—¿Papá…? —interpelo.
—Vicky, cariño. Gordon al teléfono —interrumpe mi madre. Mi padre vuelve a resoplar en señal de alivio.
—Gracias, mamá —digo cogiendo el móvil que mi madre me tiende y levantándome del peldaño donde estaba sentada junto a mi padre. Busco un poco de intimidad para hablar con Gordon.
Mientras me alejo puedo escuchar a mis padres hablar, lo hacen muy bajito, sin embargo, hay una parte de esa conversación que llega hasta mis oídos.
—Hay que decírselo, nena. Hay que decírselo. Ya —sentencia mi padre.
—Mañana, Héctor. Lo haremos mañana, cariño. Hoy ha vivido demasiadas emociones.