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II

En su página web, la artista Kyoko Takemura exhibe las fotografías de un proyecto que llamó Cabinet of Life donde aborda el problema de la verosimilitud del alma. Patrick Harpur, en Occidente, eligió las palabras para las imágenes de Takemura. En las fotos se repite una constante: los peces son demasiados grandes para la pecera que los contienen. Y aunque los peces no llenan el espacio por completo, su volumen afecta tanto la movilidad que la proporción entre el continente y el contenido los inmoviliza. En esa quietud no solo son incapaces de desplazarse en el agua, hacen pensar que ni siquiera existe el agua. Los peces vagan entre el límite de lo animado y lo inanimado. La pecera es un dispositivo que contiene la vida, pero también podría ser un gabinete de la muerte.

Takemura declara: Vivir es un estado invisible e incierto. La muerte es el poder abrumador que enfrentan todos los que reciben la vida. ¿De dónde vinieron las almas de estos peces y a dónde fueron? ¿A dónde volverán nuestras almas? ¿Puede la conciencia superar la muerte del cuerpo? Si se mira al universo, el estado original de todas las cosas es la muerte, vivir es la anormalidad. Utilicé los peces para que pareciera que navegan entre la frontera de lo animado y lo inanimado. No podemos saber con solo verlos si tienen alma, lo que indica lo poco que sabemos sobre la vida (y la muerte). Nadie puede explicar exactamente qué es, cuándo y dónde puede pasar. Puedo morir esta tarde y alguien murió esta mañana. La muerte nos mantiene vivos. Sin ella no existimos.